CAPÍTULO 33

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Seis de la mañana, miré la mochila preparada para el viaje y pensé en lo peligroso que era esto, puede que alguno de nosotros no sobreviviera, o puede que alguno de nosotros no volviera con los demás o si volvía quedaba como Dani.

Pensé en la presión que tenía encima— ¿Cómo iba adivinar una cantidad de datos en la mente de quien quiera que sea el jefe de esa asociación si apenas podía sacar una palabra de una mente normal?, ¿y si no podía hacerlo?, ¿arriesgarían todos su vida para nada? —todas estas preguntas daban vueltas en mi cabeza mientras observaba embobada por la ventana de tal forma que no me había dado cuenta de que Mike había entrado.

— ¿Estás bien? —dijo.

— ¡Vaya, Mike no me había dado cuenta! —dije después de darme un pequeño susto.

— Perdona, he tocado a la puerta pero no respondías.

— Sí lo siento supongo que estaba demasiado centrada en mis pensamientos.

— ¿En qué piensas?

— Em nada...

— Ayla, te conozco lo suficiente como para saber que algo te preocupa —dijo observándome hasta que no tuve más remedio que hablar.

— Mike, ¿y si no salimos de esta? ¿y si no soy capaz de hacerlo? , no soportaría que alguien muriera por mi culpa, no lo soportaría —dije mientras metía una chaqueta en la mochila.

— Ey, tranquilízate ¿vale? —dijo acercándose y abrazándome a la vez que una lágrima caía por mi cara.

— Estoy tan asustada...

— No tienes por qué estarlo. Hemos entrenado lo suficiente somos más fuertes que ellos no hay nada de qué preocuparse ¿vale?

— ¿Y si no sale bien?

— Sí algo sale mal, nadie te echará la culpa a ti, tú no eres la responsable de nada.

— Gracias Mike, eres un gran hermano.

— De nada, ¿estás lista ya?

— Sí, ¿y los demás?

— Sí, están bajo esperando —respondió. Bajamos al salón y estaba todos ahí, Jiang con Peter despidiéndose, Marcos mirándome aún con odio y Eric mirando el suelo pensativo. Sorprendentemente Paula también estaba ahí.

— ¿Paula? —dijo Mike sorprendido— ¿Qué haces aquí?

— Quería despedirme de ti.

— ¿Despedirte?

— Es una misión peligrosa y... quería hacer algo antes de que te fueras...

— ¿Él que? —dijo él. Entonces Paula se acercó a Mike y le dio un beso en los labios.

— Vaya...—dijo Mike con la cara roja— eso no me lo esperaba —todo se quedó en silencio hasta que Jiang habló.

— Ejem tortolitos —dijo mientras Mike y Paula se miraban— siento interrumpir pero tenemos que irnos.

— Sí, perdona —dijo Mike— vámonos. El coche con el que vinimos con Eric estaba parado enfrente de la casa, fuimos hacia él y Marcos se sentó delante con Eric, cosa que agradecí pues su mirada me inquietaba, la sensación de odio que sentía hacia mí me asustaba.

— Eric, ¿dónde vamos exactamente? ¿y cuando tardaremos? —dijo Jiang.

— No está muy lejos, la sede principal de la asociación está a unas dos horas de aquí, eso en parte nos perjudica, aunque como estamos protegidos...

AYLA © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora