- ¡Ayla, date prisa! -Eric estaba nervioso, sabía que tarde o temprano nos encontrarían.
- Hago lo que puedo, no me estreses -dije abriendo y cerrando cajones con cuidado para no despertar a mis padres.
- Aún tenemos que ir a casa de Mike.
- Lo sé -contesté. Mike esperaba en el coche, a Marta le habíamos dejado en su casa con miles de preguntas que no podíamos contestar. Tan solo le dijimos que olvidara lo que había pasado, que no podía contar nada. Terminé de coger lo necesario, y me puse a escribir una nota:
Mamá me he ido, no te preocupes estaré bien, aquí corro peligro. Te quiero.
Besos,
Ayla.
Después de escribir la nota la deje sobre mi almohada y tras eso fui a la habitación de mis padres y le di un beso en la frente a ambos.
- Eres muy empalagosa, ¿Lo sabes? -le puse los ojos en blanco y salimos de la casa. Mike estaba ahí, no entendía porque. Pero cuando cerré la puerta, una furgoneta apareció por la esquina de la calle y Mike estaba arrancando el coche.
- ¡Vamos! -gritó.
- ¡No sabes conducir! -le grité.
- Si sé, ¡rápido! -nos subimos de un salto y antes de cerrar la puerta, Mike arrancó.
- ¿Quién te enseñó a conducir? -dijo Eric sorprendido tras varios minutos de vueltas.
- Mi padre. Dijo que así estaría preparado, y no se equivocaba.
- ¡Vaya! -añadió. Al final, conseguimos despistarles gracias a Mike, y llegamos a su casa. Mike tardó mucho menos que yo en prepararse, en unos minutos estaba listo.
Volvió a ser Eric quien conducía puesto que él sabía dónde tenía que llevarnos. Estuvo conduciendo unas horas o así y hablábamos sobre lo ocurrido, aunque Mike se durmió al poco tiempo. Yo no conseguía hacerlo- ¿Y si todo fuera una mentira y Eric nos está conduciendo al desastre?, ¿y si no nos está diciendo toda la verdad? -pensé. Todo este tipo de preguntas me daban vueltas en la cabeza sin parar, pero al final, el sueño me venció. Me desperté cuando Eric, bajó del coche y nos despertó. Estábamos en un motel, Eric tenía una cara de sueño impresionante.
- ¿Qué hora es? -pregunté con voz somnolienta.
- Las seis de la mañana, yo también necesito descansar y estamos lo suficiente lejos -entramos al motel y pedimos dos habitaciones, una para mí y otra para ellos.
- Ey -dije antes de meterme a la mía- No hagáis mucho ruido.
- Ja,ja,ja ¡Qué graciosa! -dijo Eric con sarcasmo. Sonreí y cerré la puerta, la habitación no era muy bonita pero era acogedora, y tenía un baño con ducha incluida. Decidí ducharme y cambiarme de ropa, me quedé como nueva, después puse la televisión.
No hacían nada interesante, así que me quedé de nuevo dormida. Comencé a soñar con que me atrapaban y me volvía loca, tanto o más como Dani y la idea de estar así, me aterrorizaba. No por mí misma sino por poder hacer daño alguien sin que pudiera evitarlo.
Me desperté, alguien tocaba a la puerta. Miré a mi alrededor en busca de algo con lo que atacar, no sabía quién estaba detrás y cualquier protección era poca. Finalmente cogí una botella de cristal que se encontraba en un estante y me puse al lado de la puerta.
- ¿Quién es?
- Soy yo, Mike. Déjame entrar -dejé la botella en su sitio y abrí la puerta- tienes que ver esto - Mike estaba serio, preocupado, cogió el mando que estaba en la cama y encendió la televisión. Cambió de canal y aparecieron unas imágenes que me resultaban familiares, la reportera continuó hablando.
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AYLA ©
Ficção CientíficaVivir en un lugar nuevo significa muchos cambios. Nuevo pueblo, nuevos amigos, nuevo instituto...lo que no esperaba Ayla, era enfrentarse a algo que cambiara completamente su vida hasta convertirla en un infierno. Pesadillas, mareos, cosas sobrenatu...