CAPITULO 3. - DECISIÓN.

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El día transcurrió rápido, Xue Yang no quiso comer con ellos. Se pasó todo el tiempo en su habitación, pensando y pensando. Los otros dos no entendían que le sucedía, se preguntaban el porqué de su extraño comportamiento, siempre  era  tan alegre e insoportable a la vez, siendo habitual en él ser el primero en sentarse a la mesa, caso que sorprendió a sus compañeros al negarse hoy en hacerlo.
Sin embargo, A-Qing estaba feliz, pudo disfrutar de la compañía de XingChen toda la tarde sin el molesto muchacho. Adoraba que su querido Daozhang le dedicará toda su atención.
Pero éste  aunque se  comportó muy atento y cariñoso con ella, no podía dejar de pensar en su extraño amigo, sabía que le había ocurrido algo, lo dedujo por la actitud tan agresiva que tuvo con él.
Así actuaba cuando alguien lo molestaba, el joven cultivador ya comenzaba a conocer algunas actitudes que definían su personalidad.
No solo era temperamental e impulsivo sino también muy violento, todo quería solucionar con peleas o arrojando y destruyendo cosas.  También sumamente posesivo y celoso, se percató de eso cuando en las tantas  ocasiones  que discutía con la jovencita, no soportaba perder o quedar en desventaja con ella.  Se comportaba como un niño todo el tiempo, un niño con reacciones de adulto.
En varias oportunidades relacionó su comportamiento con su enemigo Xue Yang. Pero descartó dicha posibilidad, porque el joven que vivía con ellos, dentro de su forma de ser, era cálido y cariñoso de cierto modo. Él sabía que en su corazón frío guardaba un sentimiento que aún no descubría: "el amor". Luego pensó ¿Cómo se atrevió a relacionarlo con ese criminal?

El sol de esa tarde de otoño iba desapareciendo en el horizonte y el manto de la noche comenzó a caer.
Habían pasado varias horas y la casa se encontraba casi en silencio, en raras ocasiones se escuchaban algunas risas que provenían de la cocina.
Xue Yang no recordaba el momento que se quedó dormido, pero ahora sumergido en la oscuridad, oía desde su lugar murmullos que hacían eco en el silencio de la noche. Se levantó de la cama y buscó los elementos para iluminar el lugar en donde se encontraba.
No le gustaba estar en penumbras y sin más que hacer, regresó de nuevo a la  misma.  

De repente sintió unos pasos que se dirigían a su habitación.

Golpeó la puerta para advertirle su presencia y dijo: - La cena está lista, ¿Vienes?

No quiero comer. - Respondió, se lo escuchaba disgustado y sin ganas.

Entonces XingChen preguntó: - ¿Puedo pasar?

Sí - contestó.

Dime, ¿Sigues molesto? Desde que viniste del mercado te comportas raro. -  Con voz más suave le dijo: ¿Quién te hizo daño? Estoy preocupado por tí.

Nadie, ya te dije que el ciego eres tú no yo. - Y mirando su rostro agregó - Quiero estar solo nada más.

¿No irás de casería conmigo? - Lo ánimo - Tú mismo me convenciste que te llevara. -  Dijo el joven cultivador - ¿Te acuerdas de eso?

No tengo ganas de ir. - Bajó su mirada y se acomodó mejor en la cama. Esta vez en posición fetal. Al decir verdad estaba en pleno conflicto consigo mismo.

Está bien entonces me iré yo solo, pero antes quiero que entiendas bien lo que te diré. - Se sentó en el borde de la cama y dijo: - Soy ciego pero no insensible. Sé que te sucede algo y...

Él lo interrumpió diciendo: - Si sabes que me pasa algo,  entonces no me preguntes el porqué - Y con firmeza agregó -  Pierdes tú tiempo si piensas que te contaré.

XingChen ignoró por completo lo que le dijo y prosiguió diciendo:  - ...  Por eso me preocupa - Hizo una pausa y agregó: - No quiero que estés así . Quiero ayudarte. Si tienes un problema tratemos de resolverlo juntos. Sé que no debo entrometerme en tu vida, pero te considero un amigo.

Una Oportunidad Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora