CAPITULO 19 - "EL REGALO"

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El trinar de los pájaros se escuchaba como un concierto que dedicaban a la llegada del rey Sol, era una mañana fría, el rocío parecía una sábana blanca adornada con finos cristales de diamante que brillaban con la luz. Era el hielo que comenzaba a desaparecer lentamente entre la superficie de la tierra.

En la cocina se encontraban Jian Min y Xue Yang, tratando éste en aprender algo del arte culinario.

No aprenderé nunca a cocinar, ¡Demonios! - Exclamó indignado- Ya me quemé tres veces mis dedos...- Se le estaba terminando por completo la paciencia.

Por favor maestro debe prestar atención, usted no mira cuando yo hago las cosas - Reprendió Jian Min - Jamás podrá conquistar a nadie así, si no sabe cocinar.

Por lo que me importa conquistar a alguien, ya con XingChen es más que suficiente. - Replicó malhumorado - Solo quiero aprender lo básico así no me reclama que no sé hacer nada, y al menos que diga algo bueno de mí.

Sinceramente maestro ni un té sabe hacer bien. - Recalcó el jovencito - usted no ve la cara del maestro XingChen cuando toma su té. - Lo dijo sonriendo evitando reírse a carcajadas.

¡Idiota! Que me quieres decir, que no le gusta y toma igual. - Preguntó enfurecido. -

Y si maestro toma porque no quiere que usted se sienta mal. - Respondió el muchacho sin musitar. - Si no está muy fuerte, está muy simple o sino muy caliente o muy frío. - Se rió al decirlo.

Eres un idiota Jian Min, así quiéres ayudarme, por qué no me dijiste antes. - Reclamó mirándolo de forma amenazante -

¿Por qué se lo diría? - Reprochó sonriendo y agregó acomodando las tazas en la mesa - Usted siempre está malhumorado y me amenaza con matarme si le digo algo.

Porque la mayoría de las veces dices cosas sin sentido - Respondió Xue Yang mirándole fijamente y con el ceño fruncido. - Deberías ser más atento conmigo sabes bien el trato que tenemos tú y yo.

Trato que por cierto usted no cumple - Aclaró el jovencito : - Nunca le dice al maestro XingChen que yo quiero ser su discípulo. - Y agregó un poco molesto borrando su sonrisa - Es más en vez de estar bien con el maestro, usted solo hace que él se enoje aún peor.

Ese ingrato de XingChen provoca que yo viva exaltado, no me hagas acordar lo de anoche con solo pensarlo me dan ganas de matarlo. - Su cara expresaba la frustración de ese momento vivido y agregó - Todavía dudó de él, y de ustedes. En cierta circunstancias me pareció que tú y A-Qing, ese demonio con bastón, me estaban mintiendo descaradamente para proteger a XingChen. - Miró al joven buscando algún gesto que delatara su engaño, pero Jian Min no se inmutó siguió tranquilo con lo que estaba haciendo.

Usted siempre se adelanta a los acontecimientos, por eso siempre se equivoca y juzga mal a su pareja. - Volvió su sonrisa al recordar cómo fue engañado por los tres, dentro de todo salió muy bien porque de lo contrario hubiera corrido sangre, miró a Xue Yang y dijo : - Debe ser más cariñoso y comprensivo maestro, no sea agresivo y celoso porque sino llegará el momento dónde su pareja buscará refugio en otros brazos.

Al oír esas palabras un dolor como si fuera puñaladas en el pecho lo acongojó, sintió remordimientos por tratarlo así, más de lo que ya sentía y miedo de pensar que XingChen algún día deje de quererlo. ¿Se puede amar tanto y sentir todo esos sentimientos juntos? ¿En qué momento pasó? Se dijo ¿Cuándo fue que se había enamorado perdidamente de su enemigo? Siempre se preguntaba lo mismo, ese sentimiento dominaba toda forma o acción de su ser, invadía su razón y ya ni él se reconocía. El Xue Yang que no tenía remordimientos, ni piedad, ni miedo hoy estaba en una cocina tratando de aprender algo que jamás quiso y ahora sin siquiera dudarlo un segundo allí se encontraba quemándose los dedos, y todo por agradar a XingChen y conseguir que una vez más lo disculpara por sus celos desmedidos, al mismo XingChen que una vez juró matar.

Una Oportunidad Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora