El viento frío y el suave sol eran una mezcla hermosa en un mediodía de invierno. XingChen disfrutaba ese momento de paz por unos pocos minutos, sentado en la escalinata que daba frente a su puesto de ventas, mientras esperaba a Xue Yang que había ido a comprar comida, porque con lo sucedido el tiempo paso muy rápido y no pudieron vender nada. Excepto los cestos que llevó su nuevo amigo.
A-Qing aún no regresaba con Jian Min, y eso le preocupaba bastante, tampoco podía decirle a Xue Yang ya que sería avivar el fuego y no deseaba discutir de nuevo.
Daozhang discúlpame que demoramos un poco, es que Jian Min quedó encargado de la tienda de su madre. - Explicó A-Qing de inmediato antes que el mayor le pregunté el motivo de la demora.
Si maestro eso fue lo que pasó, discúlpeme no quisimos preocuparlo. - Se excusó también. - ¿Y su amigo? ¿Dónde está?
Está bien no fue nada. Lo importante es que se encuentran aquí. - Respondió con calidez y pensó en la pregunta del joven y dijo: - Xue Yang se fue a buscar comida.
Al fin hizo algo productivo lo único que logró en toda la mañana fue avergonzarnos. - Replicó la niña muy mala.
Yo los avergonce por llorar adelante de todos. - Su voz y su rostro demostraban tristeza.
No fue así Daozhang, la culpa no era tuya sino de ese idiota de Xue Chengmei. Nunca más debemos traerlo teníamos que dejarlo encerrado y atado en la casa. - Respondió haciendo con gestos y ademanes como debían dejarlo, que al joven le causó risa.
Perdón maestro no quise reírme así de su amigo pero A-Qing es muy graciosa con sus gestos al hablar. - Respondió muy alegre.
Jian Min era un joven muy simpático, vigoroso y apuesto. Sus facciones casi perfectas, resultaba difícil que pasara desapercibido. Demostraba para desgracia de uno y alegría de muchos una admiración por XingChen que no resultaba difícil darse cuenta.
Siempre cuando lo veía su rostro cambiaba de expresión de inmediato dejando ver su hermosa sonrisa, para él su maestro era un ser perfecto, y así lo trataba como tal.Había una palabra para definirlo: adorable.
Querías hablar conmigo ¿verdad? - Preguntó XingChen. Pensó en aprovechar el momento para escucharlo, antes que regrese su compañero.
Si maestro necesito pedirle un favor, y quiero explicar el motivo. - Le dijo serio acercándose a él. - Podemos ir a hablar en privado.
Si claro que sí. - Respondió XingChen.
Vamos entonces maestro no le quitaré mucho tiempo. - Le indicó la dirección donde tenía que dirigirse y tomándolo del brazo lo condujo.
Te dejaremos por unos minutos sola mi niña, si viene Xue Yang dile que ya regreso. Si quieren comer háganlo a mí no me molesta. - Dijo el mayor a la jovencita, rogando que su compañero entendiera la situación. Aunque ya habían hablado del tema sabía que para él sería muy difícil.
Si Daozhang no te preocupes yo le diré, pero no te prometo nada si quiere ir detrás de ti como un perrito. - Se rió divertida. Porque pensaba disfrutar haciéndolo enojar.
Por el camino de regreso al puesto de ventas, venía Xue Yang con la comida. Odiaba atravesar todo el mercado, sentía las miradas clavadas en él. Rogaba no escuchar nada porque no se iba a contener en responder con agravios.
Sintió de pronto una presencia a su lado, su corazón dió un vuelco cuando el hombre le dijo: - Xue Yang tengo un mensaje de Jin GuangYao, sígueme.
Éste sin decir nada simplemente lo siguió.
Pensó que ahora se iba a complicar aún más su relación con XingChen, tenía que aparecerse justo ahora se dijo.
En un lugar apartado de las miradas ajenas los dos hombres se dispusieron a hablar.
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Una Oportunidad Del Destino
FanficSPNOSIS En tus manos está tu destino - Y agregó mirándolo a los ojos - No puedes culpar a nadie de lo que ahora en adelante decidas hacer... Xue Yang solo la miró por un momento, como queriendo encontrar alguna razón lógica en aquellas palabras. Aú...