1 | Infinite 【Trollhunters; James Lake Jr.】

11 | Love? Impossible!

❝¿Amor? ¡Imposible!❞

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¿Qué me has hecho, Cazatroles?
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Stella Miracle intentaba calmar aquellas sensaciones que su mente creaban luego del escape que había tenido con el Cazatroles, era la primera vez que se escapaba, pero no pensaba en el escape en sí, sino en quién fue el planeador de su escape. En esos momentos apostaba a que era medio día en Arcadia Oaks.

Intentó olvidarse del de ojos azules recordando lo maravilloso que había sido ver un atardecer, lo fascinante que podían ser las estrellas y el aire fresco que paseaba por toda Arcadia.

No sabía qué le pasaba, nunca había experimentado esas sensaciones, sentir lo que eran nervios al ver a un humano, sentir como sus manos comenzaban a helarse al solo pronunciar el nombre de Jim, lo palpitante que podía ser su corazón al estar cerca de él.

No llevaba ni un día despierta, y ya estaba en líos.

Dejó su libro de lado, mirando a la nada, posó sus manos sobre sus ojos cerrados, concentrándose en el cielo estrellado y la noche fresca.

¿Debería preguntarle a Blinky qué me sucede?

No, no preguntaría. Lo más probable era que tal vez se sentía mal después de dormir tanto tiempo.

¿Y si es hambre?

No lo creía, su estómago no ardía o rugía de hambre. Pero sí sentía como si un mariposario hubiese sido perturbado y ahora todas las mariposas volaban sin alguna dirección.

No recuerdo haberme tragado mariposas...

De pronto, abrió sus ojos con una idea. Fue hacia el estante de libros que Blinky había mantenido oculto, ya que sólo eran para ella. Los había encontrado por una frase que el gran hechicero le había dicho, al recitarlo, pudo ver que estaban ocultos.
Sacó varios libros que estaban cerrados con candado, por fortuna la llave estaba en la estantería oculta.

Gracias Merlín por hacerlos indestructibles...

Abrió unos cuantos y comenzó su búsqueda, aquellos cuentos de hadas que Merlín le había entregado podían ayudarle a entender las sensaciones que sentía al pensar en Jim Lake.

Leyó su favorito, el de una sirena enamorada de un humano.

Con la diferencia que ahora podía entender lo que la sirena sentía hacia el príncipe.

Siguió leyendo otros libros, el de una joven que estuvo con una Bestia, el de una mujer que luchaba por su familia, el de una mujer que estuvo dormida como ella, pero que fue despertada por un beso.

Ahora entendía las sensaciones de aquellas "princesas".

No pudo evitar pensar en las veces que era una niña y soñaba con un amor como el de esos cuentos.

[—¿Papá Merlín?.— llamó la pequeña de 5 años con cabellos rojos y ojos azules al que siempre deseó que fuera su padre.

El hechicero dejó de lado su libro de hechizos y le prestó atención a su pequeña princesa aventurera.

—Dime, pequeña.— le sonrió con dulzura, era idéntica a su madre. Y ante sus ojos, su única hija.

—¿Alguna vez vendrá un Príncipe Azul a rescatarme, luego de pelear contra un dragón?...— preguntó dejando de lado un libro que recientemente el hechicero le había conseguido de uno de sus viajes junto al Rey Arturo.