1 | Infinite 【Trollhunters; James Lake Jr.】

52 | Infinite

❝Infinito❞

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El fin
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「ULTIMO CAPITULO」

Stella Le Fay

Ni el dolor y agotamiento físico más grande del mundo iba a detenerme, ni el miedo de perderlo todo iba a quebrantarme, ni siquiera estaba por cerca de estar en la categoría de "derrotada". Hice un juramente, y estaba dispuesta a cumplirlo hasta el final, sin mirar atrás y sin llorar, no era de las que lloraba. 

Y ahí estaba, concentrada, intento no marearme con el olor a azufre, recibiendo cada golpe, cada patada, cada puñetazo, pero con la frente en alto y atacando más fuerte o de igual manera en la que me atacaban a mí. El dolor de hace 900 años no quería volverlo a repetir.

Siendo atacada por Angor Rot, quien parecía odiarme con todas sus fuerzas por detener sus planes de matar a Jim por su ojos y vida anterior; me fue inevitable ver a mi salvador darle ardua batalla al ser causante de mi creación.

Él no merecía esto, no merecía pelear las batallas que debían ser mías, y aunque Jim era quien debía matar a Gunmar, la sensación de culpa parecía hacerme dudar mi juicio en ese momento, ya no era el chico humano lleno de miedos, el que hacía comida gourmet y se preocupaba por pasar en limpio las clases de Español o Algebra; ahora era un Jim completamente diferente, un guerrero, un caballero, un Cazatroles al cual le tendría amor, respeto y admiración más allá de mi muerte, porque tener el valor de dejar todo atrás, no lo tiene cualquiera.

Sin embargo ahí estaba él, haciéndome cuestionar mis decisiones y si había sido buena idea arrastrarlo a mi infierno. Y aunque Gunmar le daba batalla así como Angor me la daba a mí, la resplandeciente sonrisa que me daba de vez en cuando en media batalla, luciendo aquellos colmillos inferiores, me calmaba de cierta forma.

—Deberías tener cuidado, tus amigos pueden morir en cualquier momento.— me dijo Angor colocando su daga directo en mi cuello, aprisionándome en un edificio abandonado y destruido.

Logré apartarlo con una patada al estomago, empujándolo, y mientras se tambaleaba para mantener la compostura, lo atacaba sin cesar con mi espada, dirigiendo mi mirada hacia una cuadra más arriba de donde peleaba.

Un Nyarlagroth se acercaba con rapidez hacia los dos seres más cómicos y diferentes el uno del otro que pude cruzarme alguna vez, Steve Palchuk y Eli Pepperjack, al lado de ellos, la pareja de hermanos que había conocido cerca del puesto de tacos, había derribado a un ser metálico, completamente diferente a los monstruos que me rodeaban. Algo que me llamó la atención, jamás había visto alta tecnología.

Ante la mirada burlona de Angor, me vi en la necesidad de pausar esa batalla, y usar mis portales para evitar que fuesen devorados por tal bestia sin piedad.

—¡CUIDADO!.— les grité para que se hicieran a un lado.

La mirada de emoción de Eli me daba confianza, la de sorpresa de Steve parecía darme alegría y la de confusión de los hermanos Tarron me daban mucha curiosidad.

—¡¿QUÉ PIENSAS HACER!?.— Ni siquiera le respondí a los gritos que Steve daba.

Saltando a la boca de la bestia que cualquiera diría que es un reptil de grandes proporciones, deslizándome por aquella brillante lengua, ignorando los gritos de horror del cuarteto que protegía, y siendo lo suficientemente ágil para cortar la parte trasera de su espalda con mi espada a medida que bajaba, y estando orgullosa por no querer vomitar en el instante.