1 | Infinite 【Trollhunters; James Lake Jr.】

48 | Sweet Love

❝Dulce Amor❞

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Perfecta obra de arte
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「ULTIMOS CAPITULOS」

Lo único que se escuchaba en la desolada biblioteca de Blinkous Galadrigal era la fuerte y entrecortada respiración de Stella Le Fay, sus frecuentes pasos alrededor de aquella habitación apenas y eran perceptibles, se movía en círculos por todo el lugar, cualquiera se desesperaría al verla de esa manera. Sus manos temblaban de los nervios y las fuertes palpitaciones que su corazón presentaba los sentía como si martillaran su cabeza de igual manera.

El rastro de dolor de sus heridas había sido olvidado ante la preocupación. Y aunque agradecía que dicho dolor parecía haberse disipado, los dolores de cabeza eran los que no la dejaban en paz.

¿Cómo hago para que el teléfono suene y seas tú, Jim?

Miró reiteradas veces su celular, no daba ni siquiera un mensaje de Toby o de la compañía de teléfonos ofreciendo una promoción. No había nada.

—¿Qué habrá pasado?.— se detuvo con lentitud, viendo con desilusión su celular.

De seguro mi celular se ha arruinado y por eso no me llaman...

Volvió a caminar siguiendo el mismo trayecto de antes, por fortuna estaba sola, nadie vería o preguntaría acerca de sus acciones, sus monólogos o sus gestos de preocupación, enojo, frustración y tristeza.

MALDITA SEA, ¡NECESITO SABER DE ÉL!.

Despeinó sus sedosos cabellos carmesíes con angustia, resopló dos veces e incluso comenzó a maldecir todo a su paso, aquella impotencia estaba ganando. Las ganas de mandar todo al diablo, salir y buscar al chico de cabellos azabache comenzaba a nublar su juicio por completo, rápidamente tomó su celular dispuesta a marcharse, incluso se quedó en la puerta de la biblioteca, pero se detuvo.

—'Ella, tienes un plan.— se susurró comenzando su décimo octavo monólogo.—, eres fuerte, sabes qué vas a ser... No arruines tu plan...

Comenzó a retroceder volviendo a entrar en la estancia, dejó nuevamente su celular en la mesa donde estaban apilados los libros de Blinky. Suspiró nuevamente y volvió a caminar, pero esta vez, llevando sus uñas a la boca mostrando la ansiedad del momento.

¿Y si está muerto?

Abrió sus ojos con sorpresa.

—Yo me largo.— se convenció tomando el aparato y corriendo hacia la salida del salón.

—¿Por qué tanta prisa, niña?.— Angor Rot le había detenido el paso interponiéndose en su camino.—, ¿Vas a alguna parte?.

¡Me lleva Unkar!

—Voy a entrenar, ¿A qué más?.— dijo despreocupada encogiendo sus hombros, aunque su mente estaba maldiciendo con todas sus fuerzas al Troll por arruinarle la huida.—, aunque no me den Piedracorazón para recuperarme, debo entrenar.

—Vamos, entrenaremos con el ejército de Gunmar.— dijo con sospecha, haciendo que ella caminara primero y él detrás para seguir cada uno de sus movimientos.

Vamos, 'Ella... Jim está bien, no debes preocuparte...

Ella sabía que ese pensamiento era en vano, y que el chico de mirada azul cielo había pasado por algo.

Y eso hacía que sus ganas de huir por él, buscarlo, encontrarlo y protegerlo de cualquier peligro incrementaran.

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