7.- Los líderes no crean seguidores, crean más líderes.

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ALBA

Íbamos caminando en dirección a la Central, allí la Teniente se reuniría con los jefes donde nos darían los permisos que necesitábamos para trabajar en la provincia y movernos de incógnito libremente. Me costaba seguir el paso de la morena de hielo, que con esas largas y esculpidas piernas, me hacía casi correr para poder estar a su altura. Julia y Sabela debían haberse acostumbrado a ella, porque caminaban justo a su lado, pero yo parecía una ardillita corriendo tras ella dando saltitos sin ser capaz de alcanzar la ansiada bellota.

Estaba segura que de que esas zancadas las usaba para demostrarme su superioridad, para mantener las distancias, pero no sabía que yo podría seguir dando saltitos detrás de ella incansablemente,  hasta ponerme justo a su altura y mirarla cara a cara. Nunca había sido alguien que se rindiera ante las adversidades, y la Teniente Maléfica, había desbloqueado en mí un nuevo reto.

A las 08:51 horas exactas, la teniente se detuvo en la puerta de la central y miró su reloj con una sonrisa satisfecha, sacó de nuevo el botecito transparente que le acompañaba a todas partes, vertió un poco de su contenido en sus manos y mientras las frotaba enérgicamente se dirigió a nosotras.

- Vamos a entrar ahí, en teoría voy a entrar yo sola a entrevistarme con el Coronel, - explicó en tono solemne y formal - pero cuando lleve un rato os pediré que entréis, os quiero presentar para que sepan con quienes trabajo, quienes forman parte de mi equipo, y para que vean que sois exactamente iguales que yo.

- Recibido, Natalia- respondieron Julia y Sabela a la vez.

- ¿Reche? - preguntó mirándome directamente a los ojos - ¿ Estás preparada para jugar en primera división? Ahora formas parte de mi equipo, y aunque espero que ya hayas mostrado toda tu capacidad para cagarla, quiero que sepas que todas somos una, y nos apoyamos a muerte. Si lo das todo, tendrás mi apoyo absoluto y el de tus compañeras. ¿Recibido?

- Recibido, mi teniente - el discursito motivador había surtido efecto en mí, no había nada que me llenase más que el "juntas somos más fuertes".

Me miró arqueando una ceja.

- Recibido, Natalia - sonreí.

- Bien, pues haz los honores, - solicitó extendiendo su mano señalando el pasillo imaginario que me cedía hacia la puerta - llévanos al despacho del Coronel, empieza el juego.

Di el primer paso llena de orgullo y totalmente motivada, feliz por poder guiarlas hacia lo que sin duda sería un caso apasionante y agotador. Iba tan metida en mi nube de superheroína que no me percaté de que la puerta automática no se había abierto, y me estampé con todas mis ganas contra el impoluto cristal transparente que abría la puerta a una nueva humillación.

Me caí al suelo por la inercia, y cuando me levanté rápidamente, intentando minimizar los daños a mi ego,  sentí un calor intenso en el pómulo derecho, sin duda el golpe había sido brutal, porque desde dentro se asomaron varias personas para ver qué había ocurrido.

- Por Dios, Reche - exclamó desesperada Maléfica - no has aguantado ni cinco minutos sin liarla de nuevo, está claro que contigo es imposible. Julia, Sabela, ayudadla, que vaya al baño y se ponga un poco de agua fría o lo que sea. Os quiero a todas en la puerta del despacho del Coronel a las 09:00 horas exactas, que será cuando salga a buscaros.

Me sujetaba el pómulo con la mano un poco mareada por el golpe, mientras veía a mi teniente alejarse negando con la cabeza a paso ligero.

- Pero Alba, ¿Es que no has visto la Puerta? - Preguntó Sabela levantándome la barbilla para mirarme el pómulo- se está empezando a poner morado.

I GOT YOUR BACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora