5.-La fotografía es la memoria del alma.

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ALBA

Eran las 03:00 de la mañana, me levanté a toda pastilla para entrar en la ducha. El día anterior habíamos acabado más tarde de las doce de la noche preparando mi maleta , ultimando detalles, y hablando un rato, con lo que no habíamos dormido prácticamente nada.

Preparé un puré de verduras para cenar y así agradecerle a María su hospitalidad, estuvimos un rato charlando de cómo sería el caso, de si ella podría venir a Alicante, para finalmente, recibir unos cuantos consejos sobre como afrontar el trabajo con mi jefa, que era alguien totalmente opuesta a mí.

Estaba ya que se me cerraban los ojos, por lo que me levanté del sofá con toda la energía que pude y me dirigí a mi amiga.

- Bueno, María, dame dos besos, que mañana cuando me levante no te quiero despertar - le pedí antes de irme a la cama.

- Alba, sabes de sobra que no me importa nada madrugar contigo, luego me vuelvo a acostar y listo.

- Te he dicho que no, venga, un abrazo fuerte y ya nos veremos pronto.

Se levantó sonriente me rodeó con los brazos y me levantó del suelo provocándome una carcajada.

- Venga, canija, lo vas a bordar, tengo absoluta fe en ti, no te dejes intimidar por Maléfica, que es mejor de lo que parece y enseguida le vas a demostrar, porqué te han elegido para este caso.

Me dio un abrazo de esos que te recargan las pilas cuando vas a afrontar un nuevo reto, que te dan la confianza que en algún momento flaquea, que te llenan sin tener que decir nada. Así era María, el apoyo incondicional en el justo momento en el que lo necesitaba y siempre había sido así, desde que la conocí con doce años.

A la mañana siguiente , sólo tres horas después, me costó levantarme la misma vida.

Soy incapaz de ingerir nada recién levantada,así que cuando me levanté y me di una ducha reparadora, me preparé un café rápido y salí con el termo en la mano, por si en un par de horas, me podía tomar uno y espabilarme durante el camino.

Nos quedaban por delante 4 horas de recorrido hasta Alicante con mi querida Teniente en el mismo coche, y sabía que tendría que intentar mantenerme despierta, porque con ella había que tener todos los sentidos al cien por cien.

Pedí un taxi que me dejó en la puerta del edificio a las 03:50 horas exactamente, donde Sabela y Julia ya estaban esperando con las maletas preparadas.

- Hola chicas - saludé medio dormida aún - ¿Mucho sueño?

- No te creas, ya estamos acostumbradas a estos horarios -respondió Julia mientras jugaba dándole vueltas a su maleta.

- Al final este tipo de horarios es lo mejor para viajar a otras comunidades - añadió Sabela - los viajes se hacen más cortos si se hacen de noche.

- Supongo que sí - respondí "narcoléptica" perdida- ¿No ha llegado aún la teniente?

Julia y Sabela se echaron a reír.

- Se nota que aún no la conoces. La teniente llegó hace al menos, 20 minutos, ha ido a recoger el vehículo oficial al parking, debe estar al caer - informó Julia mientras miraba su reloj.

- Mira, ahí viene - añadió Sabela señalando con la cabeza hacia el impresionante vehículo que se acercaba hacia nosotras.

Como en una película de James Bond, aparece un descomunal Audi Q8, de color negro con la luna y cristales traseros tintados, se detiene a nuestra altura, y como si apareciese a cámara lenta el mismísimo James,  la Teniente Lacunza se baja del vehículo con un estilazo que ni Sean Connery, Pierce Brosnan o Daniel Craig juntos.

I GOT YOUR BACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora