4.- Recuerda que de la conducta de cada uno, depende el destino de todos.

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ALBA

- Hola, ¿Sabela?

Una chica de unos 25 o 26 años, con unos ojos color miel verdaderamente preciosos, miró directamente a los míos y se levantó para saludarme.

- Alba ¿Verdad? - Sonrió, se acercó a mí y me saludó cariñosamente con dos besos.

- Sí, esa soy yo, encantada de conocerte. María ya me había hablado de ti.

-Pues puedo decirte lo mismo de ti, - añadió colocándose el pelo - parece que te conozco de toda la vida.

- No se si preguntar, - sonreí de vuelta- María a veces da miedo.

-Tranquila, solo me ha contado lo bueno, -Me guiñó un ojo y sonrió abiertamente - ven siéntate a mi lado, que vamos a pedirte las claves para acceder a las bases de datos.

Apartó una silla que estaba junto a la suya y me hizo un gesto con la cabeza para que me sentara.

- Vale, tengo acceso a algunas, aunque me falta el acceso a ADN y a perfiles fotográficos.

- Vale, genial, pues déjame tu DNI que mandamos un correo y te pedimos el resto de accesos. En nada tienes todas las autorizaciones.

- ¡De lujo! Tengo muchas ganas de empezar a trabajar.

- Me alegro, vamos a tener muchísimo trabajo con el nuevo caso - suspiró un poco triste - María me ha comentado que ya lo conoces. ¿Vives en Alicante, ¿No?

-Sí, bueno, en realidad vivo en Elche, - le expliqué- pero trabajo en la central de Alicante, no he trabajado directamente con el caso, pero conozco bastante bien lo que ha pasado por allí.

El sonido de la impresora interrumpió la conversación, Sabela cogió lo que se había impreso y lo introdujo en otra maquina que no acerté a reconocer.

- En tres minutos tendremos tu tarjeta de acceso a las dependencias y a los ordenadores.

- ¿Ya? ¿Tan pronto? - pregunté gratamente sorprendida - en mi Comandancia tardan más de un mes en hacer estas cosas.

- Estás en la UCO, Alba - sonrió orgullosa - ahora juegas en primera división.

No habíamos terminado de hablar cuando salió mi tarjeta identificativa con su chip y mi fotografía.

- Madre mía, pues sí que esto es otro mundo sí...

Sabela sonrió al ver mi cara de flipada.

- Esto no es nada, vas a alucinar con los medios que tenemos para las investigaciones.
Por cierto - cambió de tema - no se si te lo ha dicho la sargento, pero durante todo el tiempo que dure la investigación en Alicante, tú y yo vamos a compartir habitación en el hotel.

- ¿Si? - me sorprendió esa información - creía que al vivir en Elche, podría quedarme en mi casa.

- Bueno, la Teniente es muy estricta en ese sentido - explicó - cuando llevamos un caso quiere que estemos juntos todo el tiempo, que no haya distracciones externas y que nos centremos al 100% en cada uno de los detalles.

- Vaya... bueno, es comprensible, supongo, pero ¿Y si estás por ejemplo seis meses sin resolver el caso,no puedes ir a casa en esos seis meses?

Estaba bastante intrigada con eso, ya que hasta ahora no había trabajado así, con un nivel tan alto de exigencia.

Sabela sonrió de nuevo.

- Verás, sólo lo permite en situaciones excepcionales, ya sabes, enfermedades de familiares y cosas así. En eso es muy estricta, pero siempre ha obtenido buenos resultados.

I GOT YOUR BACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora