13.- Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es tu única opción.

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Buenas, este capítulo va dedicado a @Alana99L (Natalia), está malita, así que desde aquí quiero darte ánimos, desearte mucha suerte y mandarte toda la energía positiva del mundo. Todo va a salir bien. Cuando veas tus fuerzas flaquear, vuelve a leer el título de este capítulo, tu capítulo, Natalia. Un beso enorme.

A l@s lector@s, me vais a permitir que repita la temática del título del capítulo ,pero en este caso, lo he considerado importante. Os rogaría que le mandéis mucho ánimo también.

ALBA

Estaba allí deshaciéndose ante mis ojos y días antes, hubiera puesto mis manos en el fuego apostando a que jamás vería algo así.

No sólo no rechazó mi caricia, sino que pude sentir como recostaba su mejilla sobre la palma de mi mano mientras cerraba los ojos y suspiraba con fuerza.

- Natalia... no sé qué decirte - susurré mientras ella permanecía con los ojos cerrados.

- No necesito que digas nada - respondió sin mirarme, con el tono de voz más triste que había escuchado jamás - esto es culpa mía, aquella chica murió por mi culpa y Silvia, Cristina y Vanesa son víctimas de mi pasado.

- No seas tan dura contigo Natalia, no fue tu culpa entonces y no es tu culpa ahora. Tú no has matado a nadie, ha sido un hijo de puta quien lo ha hecho con sus propias manos, no tú, ¿me oyes?

Seguía mirando sus manos, cuyos dedos entrelazaba nerviosa, sentía como golpeaba con su rodilla la parte de abajo de la mesa, sin levantar la mirada, como si le avergonzase lo que me acababa de confesar.

- Natalia, mírame por favor - le pedí de nuevo con un tono de voz suave, intentando evitar un nuevo colapso - mírame.

Coloqué mi mano sobre las suyas, intentando transmitirle la calma que necesitaba en ese momento. Levantó la cabeza lentamente, hasta que sus ojos, rojos ya de tratar de contener las lágrimas sin conseguirlo, llegaron a la altura de los míos.

- Tienes que meterte en la cabeza que lo que haga un desequilibrado jamás va a ser culpa tuya, pasara lo que pasara aquel día, ¿entiendes?

- Supongo... - asintió sin pronunciar ni una palabra más.

- Te culpas por no haber podido ir a trabajar aquel día porque pasó algo, ¿me lo cuentas?

Negó con la cabeza a la vez que dirigía su mano hacia el bote de gel.

- No, Natalia, no lo necesitas - le volví a decir intentando que repitiese la jugada anterior, aunque en esta ocasión no surtió efecto ya que me miró desafiante y vertió gran parte del contenido en la palma de su mano - vale, tal vez sí lo necesitas.

Intenté continuar con las preguntas, orientándolas hacia la conexión con nuestro caso.

- Has dicho que en el segundo caso aparecieron, a parte del símbolo de infinito, unas letras griegas con tu apellido. ¿Conseguisteis en aquella ocasión averiguar el porqué de aquello? ¿Alguna pista sobre el motivo por el que te nombraba? ¿Sabéis qué significa el símbolo?

- Alba, para ya - Me detuvo levantando la palma de la mano frente a mi cara - me estás agobiando con tantas preguntas. No supimos nada, no logramos encontrar la conexión. Nada.

- Vale, lo siento... solo quiero ayudar... no quiero agobiarte.

- Pues si quieres ayudar, cierra ya la boca y vete a tu asiento - soltó sin ninguna compasión - yo me voy al mío.

- Pero espera - le pedí mientras la agarraba de la muñeca - necesito saber si las otras dos víctimas, Silvia y Cristina, tenían también grabado el símbolo cerca. No pude ver las fotos y no lo sé.

I GOT YOUR BACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora