36.- Se necesita más genialidad para hacer el amor que para liderar un ejército

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ALBA

(...por donde no cubre)

- Si es que cuando te digo que te tengo que matar, es que te tengo que matar.

La sonrisa de medio lao de Natalia, que conseguía hacerme perder el control más de lo habitual, provocó que lo mandase todo a la mierda, la cogí por la pechera y tirando de su camiseta hacia mí, la besé. Y lo hice sin ningún tipo de pudor ni reticencia, con las ganas que tenía de besarla desde hacía ya demasiado tiempo. Ella correspondió mi beso, a un ritmo muchísimo más comedido que el que llevaba yo, sentía su necesidad de corresponderme, pero por algún motivo que no conseguía entender, no se dejaba llevar.

- Pss pss - llamó nuestra atención alguien que resultó ser Miriam.

*Dios mío, gracias por aparecer, porque Natalia ha estado a punto de apartarme de un puñetazo*

- Hola, Leona - saludé a la rubia resoplando con agradecimiento - ¿qué haces por aquí?

Miré a Natalia de reojo, que estaba colorada como un tomate y parecía bastante incómoda.

*No, por favor... pero... ¿qué he hecho ahora?*

- Pues mira, comprobar que aún os queda oxígeno - bromeó exhibiendo su preciosa sonrisa - No, en serio, vengo a ver si necesitáis algo, siento la interrupción.

- No pasa nada - reaccionó por fin Natalia - tú siempre vas a ser bienvenida.

- Qué amiguitas sois ahora ¿no? - pregunté mirando a ambas.

- Claro, ella es mi cómplice - sonrió por fin - le debo mucho.

Suspiró apoyando su mano en la mesa.

- Ha sido un placer, Natalia, no se me ocurre nadie mejor con quién pueda estar pulgarcita - terminó antes de despedirse - si necesitáis algo, estoy por el escenario.

Vi marcharse a rizos, por la que sentía un cariño aún más especial si cabía, más después de comprobar que había sido la ayudante de la morena en esto.

- Te gusta mucho ¿eh? - preguntó Natalia sacándome de aquel pensamiento.

- Sí, me gusta muchísimo, porque es una persona maravillosa. Pero tú me gustas un millón de veces más.

Fui a coger su mano que seguía apoyada sobre la mesa pero ella la retiró en un gesto lento y discreto.

La miré sorprendida arqueando una ceja esperando una explicación, que por supuesto, no llegó.

- Nat... ya que nos lo hemos dicho todo, hay algo que necesito que sepas sobre la última noche que pasé con Míriam...

- No - me cortó a toda prisa - prefiero no saberlo, lo estropearás.

- Natalia, no pasó nada entre Miriam y yo, dormí en su cama, fue súper respetuosa y yo sólo pensaba en ti. Sólo dormimos, ¿vale? Te lo prometo.

- Vale, pero de verdad que no tienes nada que explicarme - respondió sinceramente mientras se frotaba las manos con un poco de gel - no éramos nada, no somos nada aún.

- Pues para mí sí éramos algo, sí somos algo ahora - me defendí molesta por su comentario - no tengo ni idea de qué, pero yo no digo lo que te he dicho a ti esta noche, si no es nadie para mí.

- Eh, perdona Alba, no me he expresado bien -trató de explicarse algo confusa - Yo tampoco le digo a nadie a la ligera lo que te he dicho a ti, por supuesto que eres alguien, sólo quería decirte que no tenías que darme ninguna explicación.

I GOT YOUR BACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora