| Dedicación: ivanna_77_ |
*Ya que en realidad si escuchaban las cancioncitas, aquí se le sigue ps. Earned it de The Weeknd para ustedes.*
*Advertencia de mucha tensión y miraditas, ahr.*
Capítulo veinte: Pecado.
❝No te acerques mucho, por favor. Solo tu sabes hacer florecer aquella parte prohibida y peligrosa que hay en mí.❞
Subir del sótano y fingir que no acabábamos de ser cómplices en un asesinato fue extrañamente...reconfortante y lleno de adrenalina. Ader seguía comportándose igual, me sorprendía lo bueno que era fingiendo, Aleph en cambio, no dejaba de mirarme, y no sabía si eso me gustaba o me ponía nerviosa. Hasta que me di cuenta que era porque seguía en sostén. Kerman me facilitó su chaqueta al instante, ganándose una mirada lujuriosa de mi parte al repasar sus brazos fuertes y cremosos al aire.
Adrien y Cassandra se veían felices, como si hubieran tenido un buen día. Ellos no compartían la energía oscura que tenían sus hijos. Ellos se veían muy cálidos ante la frialdad destructora que manejaban sus hijos...con la clara excepción de Abel. Quien ni siquiera había bajado de su habitación en horas. Aquello me pareció sumamente extraño.
—¿Abel está en su habitación?—Le pregunté a Laura, una de las mujeres que trabaja en la mansión con la que había simpatizado. Ella asintió sin abrir la boca. Le tenía un miedo inexplicable a la familia y por aquello ni siquiera decía algo en su presencia.—Gracias.
No me fijé en las miradas significativas que recibí y subí las grandes escaleras que me llevarían a la habitación del hermano menor.
Me paré delante de esa puerta de caoba pulcra y limpia, que tenía unas diminutas pegatinas en el umbral ABL. Sonreí, imaginándome a un pequeño Abel colocándolas mientras se mordía la lengua. Toqué la puerta tres veces y esperé pacientemente a que abriera.
—¿Abel? Soy Phoenix.—Toqué dos veces más, pero no recibí respuesta.—Voy a entrar...—Avisé, mientras giraba con lentitud la manilla plateada. Y me encontré con...
Nadie. No había nadie. Ni siquiera el mismísimo Abel. Su cama, una king con sabanas verde lima muy bien arreglada estaba en la esquina totalmente vacía. Un escritorio, y un estante con una colección gigante de carritos de juguete que descansaba por su encima. Incluso, el auto que me había llevado a la universidad estos días tenía una versión diminuta en el estante de Abel. Un mural de fotos...donde, en una foto más grande que las otras y en forma de corazón, una chica besaba afectuosamente la mejilla de Abel. Traté fallidamente de ignorar los pequeños celos que se acentuaron en mi estómago y me recordé, estúpidamente, que Abel y yo no éramos nada.
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Riox. © ✔️ [DL #1]
Mistério / SuspenseUna chica nueva. Un asesinato. Cuatro chicos, un misterio. «El diablo se ha dividido, creando cuatro infiernos por separado. ¿Puedes con esto? ¿Puedes con ellos?» No intentes desafiarlos, no los mires a los ojos, no los toques, no los nombres. Los...