Riox. © ✔️ [DL #1]

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| Dedicación: laiaeccheli |

Capitulo treinta y ocho: Hudsonne.

❝Ella es un caos. Una mezcla entre querer huir y entender que por fin todo tiene sentido.❞

✞

—¿Qué sucedió....? ¿Quien es? ¡Grace! ¡Joder Grace! ¿Quién demonios es? ¡Grace!

Unas manos se apoderaron de mis hombros con fuerza, empujando mi cuerpo hacia atrás, lejos de mi amiga. La sensación fue arrebatadora. No podía alejar la mirada del rostro pálido y a la vez enrojecido, sus lágrimas bañaban algunos mechones de su cabello y resbalaban por su barbilla. La mirada traumada que sus ojos portaban me hizo confirmar que claramente después de esto, Grace no sería la misma.—Señorita necesito que se aleje. Está alterando de más la situación, es una escena del crimen.

—¿¡Es que no ve!? ¡Es mi amiga, necesito saber quien es el muerto!

El oficial que me sostenía por ambos brazos suspiró cansado, como si supiera que no me alejaría hasta saber que demonios estaba sucediendo.— El cadáver fue identificado  como Hansel Hudsonne.

¿Qué coño? ¿Hudsonne? ¿Grace tenía hermanos?

Tal vez era su primo.

—Medio hermano.—se entrometió entonces...¿la secretaria del college?

¿Qué?

—Lo siento, señora, no se permiten personas en esta área. Estamos evacuando el lugar. ¡Colaboren!

En ese momento me di cuenta de la cantidad de oficiales sacando la masa de estudiantes, solo permanecíamos los Riox, Austin, Will, la secretaria y yo, al lado de Grace....y su hermano...¿medio hermano? Todos negados a dejar a nuestra amiga sola.

—Mi nombre es Grettel Hudsonne. Hermana de los afectados. Exijo que me deje pasar.—vociferó con furia, sus ojos estaban de más rojizos y su cabello era una maraña salvaje, como si hubiera tenido un brusco ataque antes de venir aquí. Pero no parecía hecho por alguien más...parecía hecho por si misma. Una de sus uñas estaba rota y tenía pequeños restos de pintura seca en su vestido, como si se hubiera deslizado por una pared vieja y la pintura se haya adherido a su vestimenta.

Eso explicaba por qué el primer día se habían tratado con tanta familiaridad...son hermanas. Grace y Grettel.

—Comprendan, están afectando una escena del crimen.

—¿Cuánto quiere para que se calle el puto hocico de una buena vez?—Gruñó uno de mis chicos.

—Aleph.—lo regañó Ader, tomando a su hermano por el hombro y deshaciendo el paso que este había dado en dirección al oficial.—¿Acaso sabe usted quienes somos?—se dirigió con educación al hombre, pero aquel tono de superioridad que poseía no se desvaneció.