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| Dedicación: sofiaalobo |

Capitulo treinta y siete: Encuentro violento.

Para el enemigo que huye, una bala, o un cuchillo...de pura plata.

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Mis ojos se ampliaron a mas no poder, solo pude darme cuenta de las miradas de los hermanos de reojo. Ceños fruncidos, brazos cruzados y miradas que no paraban de juzgar.

—¿Tú quien putadas eres y quien demonios te dio el derecho de entrar a mi casa de esa cojonera manera?—Aleph fue el primero en acercarse a Tristan, sin siquiera saber que ese había sido el chico que me había hecho llorar por amor...por primera vez.

Yo no podía siquiera moverme de mi lugar. La mirada de Tristan estaba en mi, sus ojos me veían deseosos, como si se muriera por tocarme, abrazarme, besarme.

—No te lo voy a preguntar tres veces, ¿Quién mierdas eres?—Kerman y Ader dieron un paso más hacia delante, respaldando a su hermano. Abel se plantó a mi lado con una mano en mi espalda baja y el ceño fruncido.—¿Qué mierda con la seguridad de este lugar?

—Mi nombre es...

—Tristan.—Terminé su oración.

Y un microsegundo después tenía todas las miradas de la sala en mi dirección.

Vi en cámara lenta como Aleph apretaba los puños y su cabeza se ladeaba con una lentitud aterradora hacia Tristan.

—Soy su novio.—Dijo.—Ella es mi novia, imbéciles. Vine a por ella, no debería de estar aquí en primer lugar. Su hogar es en Woodside.

—¿De qué demonios hablas, inepto?—Kerman avanzó. Cada vez estaban más cerca y me aterraba lo que pudiera pasar si los demonios que estos chicos llevaban adentro se encontraran.

—Mi chica.—Tristan me señaló.

—Querrás decir mi chica...—Abel alzó una ceja.—Y la de mi familia.—Apretó su agarre en mi cintura.

—Phoenix, diles.—Tristan gruñó.—Ni siquiera tienes que decirles nada, solo toma tus cosas y vayámonos.

—¿Quién mierda te crees que eres, eh?—Aleph empujó el pecho de Tristan.—¿te crees que puedes venir a mi casa, azotar mi puerta, reclamar a mi chica y pasar tranquilo?—Tomó la camiseta de Tristan entre sus manos. Aleph era muchísimo más alto que él.—Si mal no recuerdo tu eres el imbécil al que llamó y estaba follando con otra.

—Es su ex.—Susurró Ader, encantado.—Oh, amigo, no sabes cuantas ganas tenia de verte en persona...eras la cara vacía de todas mis fantasías. ¿cabe aclarar que no son sexuales?—Aquella sonrisa tenebrosa que solo el sabía esbozar se deslizó entre sus comisuras y cuando estuvo a punto de dar un paso en su dirección Kerman lo detuvo.

Riox. © ✔️ [DL #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora