Capítulo 97

7.9K 734 41
                                    

    POV ANASTASIA

Han pasado algunas semanas desde que murió don Theodore, Christian aún continua triste, todavía no se acostumbra que su abuelo ya no está, pero creo que de a poco lo está haciendo más llevadero. Obviamente no es fácil perder a un ser querido. Yo no quiero imaginar el día en que pierda a Ray, seguramente quedaré destrozada.

Hoy por fin sabré el sexo de mi bebé, he cumplido mi sexto mes y tenemos cita con la doctora.

Estamos sentados en una pequeña salita de espera. Es la última hora de la tarde y estoy nerviosa.

Christian observa los panfletos mientras juega con mi alianza y mi anillo de compromiso con sus dedos.

— ¿Estás nervioso?— Le pregunto

— Sería raro si no lo estuviera— me dice pensativo.

— ¿Que te ocurre Christian?— Lo animo para que hable conmigo.

— Sé que si es niña la llamaremos Phoebe, pero ¿Si es niño?¿Haz pensado en algún nombre?—

— Christian— digo

— ¿Yo que?— No me comprendió

— Si nuestro bebé es niño quiero llamarlo Christian— añado

El me mira asombrado por una fracción de segundo.

— ¿Quieres que nuestro bebé  lleve mi nombre si es un varoncito?— Asiento con la cabeza— ¿Por qué?

— Porque ese nombre significa lo más maravilloso para mí... Además me gusta el nombre— el me sonríe mientras sus ojos se le iluminan.

— Te amo— me dice

— Lo sé, y el sentimiento es mutuo— toma mi mano y se lo lleva a los labios y besa cada uno de mis dedos.

— Me hubiera gustado hacer esto con Ted— dice de repente. — Lamento no haber estado ahí— añade con tristeza.

— No te culpes... Tú no sabía que yo estaba embarazada.

— Pero es mi culpa haber dejado que Elena se entrometa en mi vida durante años— hacía tiempo que no mencionaba la bruja pedófila.

— No te detengas pensar en lo que fue, o en lo que debió ser... Ted está a tu lado, te amo y se siente orgulloso que seas su padre— el me mira a los ojos. Sus ojos grises brillan de amor por mi.

— Siempre tienes las palabras adecuadas para hacerme sentir bien. No sé qué sería de mi vida sin tí.

Se me encoge el corazón cuando dice que sería de su vida sin mi.

— Señora Grey— la asistente de la doctora Greene nos llama.

Christian y yo nos ponemos de pie.

— La doctora Greene los está esperando— añade dandole una mirada a mi marido

Me pregunto si algún día me acostumbraré a qué las mujeres miren a mi marido.

Christian toma mi mano y caminamos hasta la puerta, él lo empuja.

La doctora Greene está viendo unos papeles, alza la mirada hacia nosotros.

— Señores Grey—

Christian cierra la puerta mientras yo me acerco a la doctora y le tiendo mi mano.

— Doctora Greene ¿Cómo está?—

— Muy bien... ¿Y usted?— Responde cuando coge mi mano

El hogar de GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora