Capítulo 66

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   POV  ANASTASIA

Salimos a un patio de losa iluminado de focos incrustado en el suelo. Hay arbustos en maceteros de piedra gris y una mesa metálica muy elegante,
con sus sillas, en un rincón.

Christian pasa por delante de ella, sube unos escalones y sale a una amplia extensión de césped que llega hasta la bahía. Madre mía, es precioso.

— Wow— digo admirando el lugar — que bonito.

— ¿Te gusta el lugar?— Me pregunta

— Sí, es precioso.

— Ven, quiero enseñarte algo.

Me toma de la mano y caminamos por el sendero hasta llegar al embarcadero.

Junto al embarcadero hay una casita.

— Iremos a esa casita ¿No es así?— Murmuro

— te dije que quería celebrar que aceptes casarte conmigo.

Sonrío. Si el quiere celebración. Celebración tendrá.

Trato de seguirle el paso pero los tacones no me permiten caminar rápido.

— ¿Los tacones?— Dice mi futuro esposo y se detiene.

— Si...no estoy acostumbrada usarlos.

Christian se agacha me coge y me carga en sus hombros.

— ¡¿Qué haces?!— ¡No soy una niña de cuatro años a la que tengan que cargar!— ¡Bájame!

Él me responde con  un azote en el culo.

— ¿Y eso?

— Por querer poner resistencia.

— ¡Descarado!

El suelta una risita. Oírlo reír es un gozo.

Christian prácticamente corre hacia la entrada de la casita. Se detiene frente a la puerta y me baja.

— ¿Ya te aburriste de cargarme?— Me burlo de él.

— No... Después te cargo cuando regresemos a casa.

— No te atreverías ¿Verdad?— Me cruzo de brazos.

— ¿Quieres verlo?—

Él abre la puerta y pulsa los interruptores. Las luces se encienden de inmediato.

¡¡Wow!! ¡Es más grande de lo que imaginé!

— Después te la muestro, tengo urgencia por estar dentro de ti— ¡Que desfachatez la suya!

Cómo si no te gustara Anastasia.

Christian me lleva por una escalera de madera hasta el cuarto piso de arriba. No me da tiempo de examinar el lugar. Me pega a su cuerpo y me rodea la cintura con el brazo.

— ¿Tienes idea lo feliz que me haces?— Lo observo hipnotizada, con lujuria pero por sobre todas las cosas lo observo con amor. Mi mirada es el reflejo de la suya.

— No ¿Puedes decirme lo feliz que eres conmigo y Ted?— Rodeo su cuello con los brazos.

— Escucha muy bien lo que te diré: Jamás en mi vida había sido tan feliz como lo soy con Ustedes. Tú y mi hijo son mi vida.

Pego mis labios con los suyos virtiendo este abrumador amor que siento por él.

El beso es dulce. Christian abre la boca y yo meto mi lengua. Su lengua acaricia la mía. Nos besamos con pasión. Cuánto deseo a este hombre.

El hogar de GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora