Capítulo 11 "Alessandro"

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Hola queridas lectoras, les comento que me pueden encontrar en instagram como @liz.valk666 ahí subo avances, información y demás cosas relacionadas con mis historias.

Sin más que decir, que tengan una excelente noche, y que disfruten su lectura.

Su fin de semana había sido muy extraño, o tal vez no era el fin de semana, sino la actitud del director, que no dejaba que usará el teléfono ni le devolvía su celular.

 A las diez de la mañana Zigor dictaba clases de literatura, aunque ella no prestaba atención, tenía la mente muy ocupada en "Alessandro" y los sueños que tenía con él, por algún motivo tonto había llegado a pensar que todo era real, pero no podía ser posible, ya que él no le prestaba la más mínima atención, era muy serio y eso era lo que más le atraía de él.

Tierra llamando a Alessandra Dijo Zigor divertido al verla distraída—.

Lo siento profesor —Se disculpó—.

Bien señoritas, como sabrán en unos días, será el aniversario del internado y puesto que los otros dos cursos se encargarán de la comida y decoración, nosotros nos encargaremos de la temática, este año el tema será basado en el palacio de "Versalles", la época de la elegancia.

Y promiscuidad Interrumpió Denisse, su compañera y a la que observó con Zigor en aquella pesadilla extraña que había tenido, era su idea, ¿O esos dos estaban coqueteándose?, lo más probable era que si, últimamente estaba volviéndose paranoica y buscaba encontrarle sentido a todo para así creer que lo que le pasaba era real y no solo un sueño.

A las seis de la tarde y luego de terminar sus tareas, se preparó algo de café y fue con dirección a la biblioteca para leer un poco, ojeó los libros de los estantes y buscó alguno que llamara su atención, caminó hasta la parte en la que había tenido aquel sueño húmedo con su director y sonrió al recordar lo que había "pasado", pero su sonrisa poco duró al ver el álgebra en el escritorio en el que él la había sentado-.

¿Encontró lo que buscaba? Señorita Alessandra Preguntó una voz haciendo que se sobresaltara—.

Señor director.

¿Todo bien?

Sí ¿Por?

Se ha puesto pálida al verme, como si estuviera haciendo algo malo, no habrá dañado ningún libro ¿Verdad?

No señor.

¿Encontró lo que buscaba? Señorita —Volvió a preguntar—.

Si señor

¿El álgebra?

Sí, la necesito para un deber Mintió— ¿Puedo llevármela?

Por su puesto, solo no olvide devolverla.

Si señor director, por cierto, yo quería disculparme con usted por lo del otro día, no fue mi intención ofenderlo, pero quería aclararle que el papel no lo hice yo.

Lo sé, conozco su letra.

Entonces ¿Por qué solamente me regaño a mí?

Porque la señorita Karina no me importa —Le soltó sin rodeos—.

¿Disculpe?

La señorita Karina lleva aquí ya buen tiempo, la conozco y sé lo atrevida que puede llegar a ser, sin embargo, usted es diferente y no me gustaría que adoptara los mismos modales que su amiga.

¿Está diciéndome que no debería llevarme con ella?

No, estoy diciéndole que no se deje influenciar por su mal comportamiento, no quisiera tener que castigarla Amenazó en un tono tan dulce que hizo que el significado de esa palabra perdiera el sentido y naturaleza de la misma—.

¿Castigarme? Replicó confusa sus palabras—.

Las chicas malas siempre reciben un castigo Alzó una ceja— no querrá ser una de ellas, ¿verdad? —La miró cruzándose de brazos.

¿Y quién va a castigarme? ¿Usted? —Lo reto—.

Exacto Se acercó un poco a ella, era tan alto a comparación suya que su estatura le intimidaba, pero a la vez le fascinaba y hacía que mil ideas se le vengan a la cabeza con tan solo verlo.

Creo que es mejor que me vaya, se me hace tarde para terminar las tareas Intentó irse—.

Señorita Alessandra.

¿Si señor?

Se olvida esto —Le enseñó la taza de café.

Gracias Se acercó para tomar la taza a la que Alessandro le dio un pequeño sorbo antes de devolvérsela.

No debería tomar tan dulce el café, el verdadero sabor se pierde Dicho eso salió dejándola sola, y solo ahí pudo respirar con normalidad, definitivamente ese hombre le ponía los pelos de punta en todos los sentidos.

El reloj marcó las ocho en punto, era hora de cenar y todos se habían dirigido al comedor para cenar ella también, aunque no tenía hambre, miró al rededor, todo estaba igual que los otros días, la cotidianidad empezaba aburrirla paseó su vista por la mesa en la que comían los profesores buscando a Alessandro, había aprendido algo de todos ellos con solo observarlo, les gustaba usar el mismo color de ropa y usaban trajes muy parecidos, tanto que parecían uniformes, solían sentarse en los mismos lugares de siempre y se podía decir que cada uno de ellos tenía un defecto, porque sí, podían ser muy guapos y todo, pero algo malo debían tener, Yannick por ejemplo, siempre lo veía comiendo, era como si tenía una relación inseparable con la comida, aunque él cumplía el sueño de toda mujer, "poder comer sin engordar un solo gramo", bendito metabolismo el del coreano, porque comía hasta en el aula mientras daba clases y aun así seguía manteniendo su peso, ¿dónde le cabía tanto? Zigor, en cambio, parecía tener un afán desordenado por tenerlo todo, por llenarse de lujos, he ahí de que hubiera escogido al palacio de Versalles como temática de la celebración anual, por lo lujoso que era y también por la admiración que sentía hacia Luis XlV, o como lo llamaba él, "El Rey Sol", un rey al que describía como el rey de la belleza y el esplendor, luego estaba Ezra, el mejor profesor según todas, no era exigente con sus estudiantes y se podía decir que prácticamente les regalaba las notas, era un perezoso que prefería dormirse en clase antes que enseñarles, pero si había alguien a quien debían temerle, ese era Mirt, siempre estaba de mal humor y era sarcástico al momento de contestar preguntas que las alumnas no llegaban a entender, era como si odiara ser profesor, siempre estaba gritando, y le costaba mucho controlar su ira y resultaba ser algo intolerante con quién se atrevía a corregirlo imponiendo así un miedo disfrazado de respeto, cosa que Drac envidiaba, aunque para ella Drac envidiaba un poco a todos, trataba ser como ellos, quería que lo respetarán, pero que también lo quisieran, aunque al que más parecía envidiar era al soberbio de Reth, siempre buscaba mostrar tener la misma confianza que este y sentirse superior a los demás, pero no lo lograba y por último estaba Alessandro, ese precioso hombre de ojos turquesa y mirada fría que parecía guardar mil y un secretos, no sabía cómo definirlo, pero era él que más le intrigaba, y llamaba su atención, era tan misterioso y reservado muy diferente a los demás tan complejo y tan simple a la vez Alessandro "Más Que Un Deseo".

ALESSANDRO "MÁS QUE UN SIMPLE DESEO" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora