ALESSANDRO "MÁS QUE UN SIMPLE DESEO"

Capítulo "Sin Ella"

"Mi querida Alessandra, le has devuelto a mi corazón la ilusión y la capacidad de sentir amor, has hecho que mi fría alma vuelva a tener algo de calma, me has dado mucho sin esperar nada a cambio y yo no supe apreciarlo, te he lastimado mi hermosa princesa, sé que no puedo volver el tiempo atrás y devolverte tu felicidad, pero al menos déjame que te devuelva algo de la paz que te debo mi amor, sé que sería egoísta de mi parte retenerte a mi lado, por eso es mejor apartarme, despierta princesa, tu infierno ha terminado".

Sintió entre sueños que la besaban y aunque no pudo ver su rostro, ella sabía muy bien quién era.

-Alessandro -Se despertó sobresaltada, había amanecido y el sol se colaba por toda la ventana, se levantó y corrió por toda la casa buscando a Alessandro, pero él no aparecía por ningún lado, y había algo que la hacía pensar que jamás aparecería, escuchó golpes en la puerta y corrió pensando que era él, pero fue a Zigor a quien tras la puerta.

-Hola Alessandra.

- ¿Zigor? -Lo miró confundida- ¿Qué haces aquí?

-Vine por ti.

- ¿Por qué?

-Alessandro me lo pidió.

- ¿Dónde está Alessandro?

-Él se fue.

- ¿Dónde?

-No lo sé, pero es mejor irnos.

- ¿Tú sabes dónde está?

-Yo no sé nada, por favor ve por tus cosas, debemos irnos -Tomó sus maletas y bajó, se paró en la puerta y miró hacia atrás sin entender aún que nunca más volvería a ver a Alessandro-.

-Es aquí -Dijo Alessandra haciendo que Zigor detuviera el auto en la casa que había sido de su padre-.

- ¿Estás segura de que quieres quedarte sola? Si quieres puedes venir a nuestro departamento, Karina estaría feliz de verte.

-Quiero estar sola hoy, por favor, mañana la veré -Intentó bajarse, pero él la detuvo-.

-Esto es tuyo -Le entregó el cofre de Alessandro- guárdalo.

-Eso le pertenece a Alessandro.

-Él ya no lo necesita, guárdalo, ese cofre tiene cartas que Alessandro escribió acerca de ti.

-No las quiero.

-Quédatelas.

-No quiero nada de él, no quiero volverlo a ver.

-Puedes estar tranquila, no volverás a verlo -Aseguró, pero eso en vez de tranquilizarla la inquieto más, salió del auto cargada el cofre y se metió en la casa, fue entrar a su hogar para que otra vez rompiera en llanto-.

Una oscuridad se apoderó del castillo y poco a poco sus ojos iban cerrándose, ya había perdido mucha sangre.

-Alessandro, Alessandro, Alessandro -Escuchó decir mientras unos pasos se acercaban-, volviste hacer la misma estupidez dos veces.

- ¿Qué haces aquí?

-Teníamos un trato.

-No voy a entregártela.

-Me pertenece.

-No.

-Yo cumplí con mi parte, tú no.

-No puedo entregártela.

- ¿Por qué?

-Porque la amo -Reconoció- la amo y no voy a dejar que le hagas daño.

-Pensé que solo querías vengarte.

-Lo intenté, pero me enamoré de ella.

-Tú sabes cuál es el precio que tendrás que pagar.

-Lo sé.

- ¿Estás dispuesto a tomar su lugar para salvarla?

-Si -Respondió resignado, condenándose a un eterno castigo con tal de salvar a Alessandra-.