Capítulo 31 "Una Semana"

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♠ Una Semana ♠

"Mi bella Alessandria, eres luz de luna en la oscuridad de mis noches, hoy te he hecho mía y he tratado de borrar las caricias mustias que han dado en tu hermoso cuerpo, conmigo no habrá más dolor, te amaré y respetaré como nunca nadie lo ha hecho, mi corazón te pertenece, siempre tuyo".

Alessandro

El gran día había llegado, hoy todas saldrían a la semana de convivencia, entusiasmada Karina preparaba sus maletas mientras Alessandra iba por algunas bebidas a la cocina para llevar al viaje, tomó una manzana del referí y caminó en dirección a la oficina de Alessandro para dársela, pero se detuvo al escuchar que Zigor estaba con él.

- ¿Estás seguro qué no quieres venir?

-Si estoy seguro, no puedo dejar este internado, por favor, cuida a las chicas, en especial a Alessandra.

-Así será, nos vemos -Se despidió saliendo de la oficina, mientras ella volvía en silencio a la habitación-.

- ¿Lista para irnos?

-Yo no iré.

- ¿Qué? ¿Cómo que no iras?

-No me siento bien -Mintió-.

-No me digas ¿Qué te duele?

-La cabeza y... tengo muchas náuseas.

-No te creo nada, estabas bien hace cinco minutos ¿Qué planeas?

-Chicas -Interrumpió Zigor- es hora de irnos, el director no vendrá, así que estoy a cargo, las espero abajo.

-Iremos en un segundo profesor -Sonrió mientras le guiñaba un ojo a Zigor que salía de la habitación- eres una zorrona -Le aventó la almohada la cara- te quieres quedar a solas con el director

-No, de verdad estoy mal - Volvió a mentir-.

-Si claro, y yo nací ayer, dime la verdad Alessandra.

-Ya te dije que estoy mal.

-Bueno, si no me quieres decir, no podré ayudarte con Zigor.

- ¿Ayudarme?

-Sí, mira que él será quién esté a cargo y yo podría hacer que él no note tu ausencia.

-Sí, me quiero quedar sola con Alessandro -Admitió resignada-.

-Lo sabía, tú y él se traen algo ¿Ya te lo cogiste?

-Karina -La censuró-.

-No escucho un no.

--Contestó mordiéndose el labio avergonzada-.

-No lo puedo creer, te lo cogiste -Corrió en círculos emocionada antes de abrazar a Alessandra-.

-Karina, baja la voz.

-Lo siento, lo siento, estás cuidándote ¿Verdad?

-Por supuesto, sería irresponsable de mi parte que no lo hiciera.

-Bien, felicitaciones señorita Alessandra, cuando vuelva quiero detalles, por ahora no te acoso más, pero cuando vuelva me lo contarás todo -Le hizo prometer antes de salir del cuarto-.

Bastó un par de besos y algo de coqueteos para que Zigor no notara que le hacía falta Alessandra en el autobús.

Espero a que no haya nadie y se arregló un poco antes de ir a la oficina de su amado Alessandro, dejó su cabello suelto y se puso un top de color gris a combinación con unos jeans negros que le llegaban a media cintura y dejaban un coqueto espacio que hacía lucir su ombligo, un poco de perfume y brillo labial dulce sabor a fresa completaron por completo su outfit, abrió con cuidado la puerta y lo observó, se encontraba sentado de espaldas leyendo un libro, caminó con cuidado en su dirección para que no la escuchara y se abrazó a su cuello tomándolo de imprevisto.

-Sorpresa -Lo besó en la mejilla-.

- ¿Alessandra? ¿Qué haces aquí? -Preguntó en tono serio-.

-Decidí quedarme contigo ¿No te gusta la idea?

-Aless -La tomó de la cintura y la sentó en su regazo- no es que no me guste la idea, pero era una semana para que pudieras salir y disfrutar de la naturaleza.

-Quiero estar contigo, no me importa nada más -Descansó su cabeza en su pecho y lo abrazó-.

-Sabes que no hay nadie más aquí que nosotros ¿Verdad?

-Sí.

-Estás loca pequeña -Besó su frente y la envolvió en sus brazos-.

-Tú me tienes así -Pasaron la mañana juntos y ella se ofreció a prepararle el almuerzo, aunque al final ambos lo hicieron-.

Era como volver el tiempo atrás, como volver a casa, mil recuerdos regresaron a su cabeza, Alessandra esperándolo para almorzar, sentándose en sus piernas a la espera de que le leyera un libro junto a la chimenea para hacerle el amor después, cada maldito recuerdo era como una daga apuñalando su corazón.

- ¿Qué quieres que hagamos ahora?

-No lo sé, lo que tú quieras.

- ¿Te gustaría que contemplemos el atardecer juntos?

-Si es lo que quieres, por mí está bien -Preparó algo de café y lo puso en un termo para llevarlo junto con unas mantas al jardín y recostarse en la hierba junto a él-.

-Sabes, cuando era pequeña, papá y yo siempre acampábamos los fines de semana en unas tiendas fuera de la casa para ver las estrellas y buscábamos formas en ellas, era muy divertido.

-Lo extrañas ¿Verdad?

-Siempre, él siempre cuidó de mí y me llenó de cariño, era un gran hombre -Recordó con nostalgia-.

-Siento que lo hayas perdido.

-Me dolió mucho su partida, pero al menos así ya no sufre, el cáncer lo mataba lentamente.

-Te entiendo, no es fácil ver partir a alguien que quieres.

- ¿Tú también perdiste a un ser amado?

-Sí, hace mucho, pero prefiero no hablar de eso.

-Entiendo -Se abrazó él mientras juntos contemplaban las estrellas en el cielo y buscaban formar figuras con ella, pasaron un tiempo hasta que él notó que ella se había dormido, besó su frente en un gesto cariñoso y la cargó en sus brazos para llevarla a su habitación para qué descansará, tendrían siete días para estar juntos, y él los aprovecharía al máximo para hacer que Alessandra se enamorara perdidamente de él y así disfrutar de su venganza, la llevaría al mismo cielo para luego dejarla en el más cruel de los abismos, disfrutaría siendo su perdición-.

ALESSANDRO "MÁS QUE UN SIMPLE DESEO" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora