ALESSANDRO "MÁS QUE UN SIMPLE DESEO"

Capítulo 33 "Traición"

"Mi princesa de hielo, hoy tus palabras me han herido, después de todo no soy lo que esperabas, después de todo el amor no es suficiente, cuando los intereses son más altos, mi bella amada, mis caricias ya no son de tu agrado y mis besos al igual que mi cariño empiezan a ser una molestia para ti mi pequeña Alessandra".

- ¿Qué es lo que sucede amor?

-Estoy harta de esto Alessandro, de que sirve vivir en este castillo si tenemos que pasar necesidades.

-Pero pequeña, trabajo para dártelo todo.

-No es suficiente Alessandro, esto no es lo que yo esperaba, no quiero tener una vida de ama de casa, yo quiero viajar, conocer el mundo, no esto.

-Princesa, te doy lo que está dentro de mis posibilidades, sé que tal vez no son los lujos que deseas, pero aquí no te falta nada.

-Me falta todo, pero eso jamás lo comprenderás -Se marchó molesta, decidió seguirla, tenía miedo de que algo le pasará, pero lo único que hizo es chocarse con la verdad, la vio bajar en un hotel, un hombre la esperaba para entrar, se quedó afuera en su bicicleta esperando, una hora bastó para que sus sospechas se confirmarán, ella tenía otro, decidió marcharse del lugar entre la lluvia que lavaba las lágrimas de sus ojos y volvió a casa, se cambió para que no notara que la había seguido y se sentó frente a la chimenea a esperar-.

- ¿Dónde estabas Alessandra? -Preguntó tomándola por sorpresa-.

-Salí a caminar un poco, necesitaba despejar mis dudas.

- ¿Y las despejaste?

-Sí ¿Quieres que preparé café?

-Si gracias -Le sirvió una taza y se sentó a su lado como si nada hubiera pasado-.

-Siento haber sido grosera Alessandro, no volvamos a pelear ¿Sí? -Se envolvió en sus brazos como lo hacía siempre-.

Varios días pasaron y su relación cada vez era más tóxica, su amor hacia ella lo segaba de tal forma que no le importaba su traición, lo único que le importaba era que volviera a él, tenerla a su lado mientras le leía un libro o bailaban su canción favorita, la amaba tanto que le dolía, ella era la reina de su corazón, tan bella y tan inalcanzable a veces, pero sobre todo tan cruel-.

-Mi amor llegué -Dijo Alessandro entrando a la casa- ¿Y esas maletas?

-Me voy.

- ¿Cómo que te vas?

-Lo que oíste, he conocido a un hombre que si puede darme la vida que me merezco.

-Mi amor por favor no, mira, yo sé que tienes expectativas más altas y prometo que las cumpliré, hoy me han ascendido en el trabajo y...

-No me digas ¿Ya no cargarás cajas?

-No, ahora soy el supervisor y...

-Y sigues siendo un fracasado -Lo interrumpió- míranos Alessandro, vivimos en un castillo que se cae a pedazos y estoy harta de salir a pasear en esa maldita bicicleta.

-Compraremos un auto, puedo sacar un auto a plazos, si no te gusta el castillo lo vendemos y compramos una casa, no hay problema en eso.

-Lo hay, y el problema eres tú, y tu mediocridad a la cual me arrastras.

-Por favor, no me dejes, sin ti mi vida no tendría sentido -Se dejó caer de rodillas y se abrazó a su cintura, le rompía el corazón verlo así, ella también lo amaba, pero no estaba dispuesta vivir una vida sin lujos-.

-No seas patético Alessandro, ten algo de dignidad y levántate, das lástima.

-Ante tu presencia, mi corazón no conoce la vergüenza, no me importa rogarte que no te vayas, porque te amo.

-Yo ya no -Mintió y salió por la puerta a pesar de las súplicas y ruegos de Alessandro, sabía que dejaba al amor de su vida, pero no importaba el precio, si al final iba a tener la vida que tanto quería-.