"Alessandra, mi princesa del infierno, mi diosa de la crueldad, mi odio hacia ti ha crecido de una manera descomunal al igual que mi amor, mo duine, siempre fuiste la más bella flor de mi jardín, altiva y orgullosa, siempre deseando más de lo que pudiera darte, después de todo el amor no es suficiente cuando el interés está de por medio, he recibido noticias tuyas que terminaron por matar todas mis esperanzas, sé que no volverás jamás, lo entendí hoy mientras te vi entrar con tu vestido blanco al altar, lucías preciosa y feliz, todo lo contrario a mí, que no soy más que un despojo sin tu amor, tal vez debería hacerme a la idea de que debo vivir sin ti, y pensar que lo deje todo por ti, todo por saber que era el amor, sin embargo, lo único que obtuve fue dolor, has devuelto todas mis cartas y me has dicho que dejara de buscarte, tengo entre mis manos el anillo que un día te di, lo guardo como mi más grande tesoro, aunque para ti no era más que una bambalina, hoy he puesto nuestra canción y me he sentado frente la chimenea a leer el libro que tanto te gustaba, preguntándome, ¿Pensarás en mi hoy mientras estés con él?, ¿Recordarás mis caricias y la forma en que te hacía el amor?, seguramente no, mi amada Alessandra hoy tu vida ha comenzado para dar fin a la mía, ya no hay nada más porque vivir, ya no hay nada porque luchar, adiós amor mío, espero que seas feliz Alessandra".
Sintió un escalofrío recorrer su piel y se abrazó a él buscando algo de calor, pero no lo encontró.
—Alessandro ¿Dónde estás? —Preguntó, pero él no respondió, vio la luz prendida del baño y el agua correr por debajo de la puerta ¿Qué estaba pasando?, se levantó de la cama y caminó hasta topar el agua con sus pies, estaba tibia y era ... ¿De color rojo?, giró desesperada la perilla de la puerta encontrándose con una horrible escena que la llevó al llanto en cuestión de segundos, en la bañera yacía el cuerpo inerte de Alessandro, corrió hacia él y lo tomó del rostro tratando de que despertara, pero nada hacía que abriera sus ojos—.
—Alessandro, mírame, despierta por favor, entró desesperada a la bañera con él y lo tomó de los brazos, dos profundos cortes se hacían visibles y ella intentaba parar la sangre— ¿Por qué mi amor, porque? —Se abrazó a él y rompió a llorar desconsolada—.
—Aless —Escuchó decir y pronto se topó con los ojos de él que la veían llenos de dolor, la tomó del rostro y la acercó a él amagando un beso que nunca llegó— despierta Alessandra.
— ¿Qué? —Lo miró sin entender—.
—Despierta —La sacudió de los brazos— despierta —Abrió sus ojos topándose con Alessandro que la movía para que se despertara y se abrazó a él, todo había sido un sueño— ¿Qué te sucede?
—Tuve una pesadilla —Buscó refugio en sus brazos para que la calmara—.
—Todo está bien, no pasa nada, vuelve a dormir —Respiró aliviada y subió sus manos hasta su rostro acercándolo a ella—.
—Lo está si estás a mi lado —Susurró sobre sus labios y él se apresuró a besarla, oírla decir eso le daba un ápice de luz a su oscura alma, se subió a su regazo deseando intensificar el beso y él le rodeó la cintura con los brazos—.
—Aless, si no te detienes no podré parar —Advirtió con la respiración agitada—.
—No quiero que te detengas —Dijo sacándose la camiseta— soy tuya Alessandro —Recorrió extasiado con la mirada el cuerpo de Aless y volvió a besarla, cambió de posición dejándola a ella bajo su cuerpo y cubrió con besos la desnudez del mismo, así lucía indefensa, nada que ver con la mujer que le había roto el corazón, volvió a besar sus labios y jugó con su lengua, provocándola, haciéndola desear más, sus besos eran exigentes y apasionados— por ¡Dios! Me dejas sin respiración Alessandro.
—Ahora yo seré tu aire —Mordió su labio inferior y paseó la lengua por el mismo, para luego bajar a su barbilla y morderla también, cortos besos desfilaron por su cuello hasta llegar a uno de sus pechos, sintió como su cálida boca lo apresó dando leve succiones mientras su mano acariciaba el pezón del otro seno, escuchó el sonido que hizo al liberar su pecho y bajo su mirada solo para ver como repetía la acción con el otro, se mordió el labio buscando no hacer ruidos, pero esto poco o nada le funcionó cuando sintió como su húmeda lengua siguió un camino que solo él podía ver y que lo llevó hasta su intimidad—.
—Alessandro no —Intentó detenerlo, pero él no se lo permitió, deslizó sus manos por sus muslos y la elevó un poco buscando tener más accesibilidad a su parte más íntima, la miró a los ojos asegurándose de que ella contemplara todo lo que hacía, deslizó de forma muy lenta la lengua por la fina línea de su intimidad y dio unas suaves caricias con la misma en su clítoris, para luego apresarla con sus labios y estimularla, leves quejidos salían de ella al sentir como la acariciaba con la boca, pero para él no era suficiente, quería más, acarició su cintura buscando ascender a sus pechos y los apretó de forma muy suave con sus manos, sin dejar de lamer sus labios y succionarlos, el orgasmo estaba por arrasarla, sabía que no aguantaría más, se colocó de rodillas entre sus piernas y la atrajo hacia él—.
—Rodéame pequeña —La animó a que se abrazará a su cintura—.
— ¿Así? —Cruzó sus piernas en su espalda—.
—Si pequeña así —Tomó con una mano su erección y la frotó en su vulva, buscando estimularla para que lubricara un poco más, la punta se abría paso entre los labios y subía hasta aquel túmulo rosa que sensible por las caricias de la tersa lengua de Alessandro volvió a encender su cuerpo, como si de un botón de apagado o encendido se tratara— ¿Qué tan cerca estas de llegar al clímax pequeña?
—Muy cerca —Respondió casi en un susurro—.
—Perfecto —Unas últimas succiones a sus pechos y un roce más de su erección terminó por llevarla a experimentar el orgasmo, y él aprovechó eso, dirigió la punta de su glande a la entrada de su cuerpo y se hundió en ella muy lentamente, estaba estrecha y le costaba entrar por completo, chocó con la barrera que resguardaba la pureza de su cuerpo y la derribó hasta hundirse por completo en ella—.
—Duele Alessandro —Se quejó—.
— ¿Mucho?
—No, solo un poco.
—Tranquila pequeña, ya está —Besó su frente y luego sus labios buscando distraerla, salió de ella muy lentamente para no ocasionarle dolor y volvió a penetrarla, no fue brusco y se tomó su tiempo para no hacerle daño—, eso es pequeña, eso es —La besó, ya podía entrar y salir de su interior con más frecuencia, deslizó sus manos por su cabeza para elevarla un poco y besarla, tenía las mejillas algo húmedas, y él maldijo a sus adentros al creer que le había hecho daño— lo siento pequeña —Se disculpó y besó su rostro al ver que otra lágrima descendía por sus ojos— no llores por favor, si te duele mucho podemos parar.
—No me has hecho daño Alessandro, todo lo contrario, me has demostrado que puedo confiar en ti, hoy has acariciado mi cuerpo y te has apoderado de él, pero puedes estar seguro de que no es lo único que te pertenece Alessandro, mi corazón también es tuyo, Te Amo.
Sintió un nudo en su garganta y sus ojos brillaron por unas lágrimas que él se negó a dejar salir, la mujer a la que él tanto amo tiempo atrás, jamás le dijo algo así, volvió a apoderarse de sus labios y la llenó de tiernas caricias que terminaron por hacerla suya, un silencio invadió la habitación dejando oír solo los latidos de su corazón, aunque tampoco hacían falta palabras, ya sus cuerpos lo habían dicho todo.
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ALESSANDRO "MÁS QUE UN SIMPLE DESEO"
Romance🔥 ALESSANDRO 🔥 Alessandro es lujuria, es pecado, es aquello que solo puedes desear en lo más profundo de tus fantasías, es un sueño hecho realidad que puede convertirse en pesadilla. Capaz de conducirte al más amargo de los dolores, despiadado co...