Capítulo 26 "Dulzura Mía"

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Mi bella princesa que se oculta tras una máscara de felicidad para no demostrar su tristeza, hoy han roto tu corazón, te he visto llorar como una niña desdichada, después de todo él no era lo que pensabas, solo te ha utilizado, es un tonto que no ha sabido valorarte, "Alessandra", mi dulce ángel, lo que daría yo por hacerte feliz, por darte todo este amor que me agobia y atormenta.

Un beso, eso era lo único que ella había necesitado para perdonarlo, la cargó en sus brazos y la llevó a su habitación para qué se quedará con él, para que le hiciera compañía en la oscura noche.

-Aless -Hundió su rostro en el costado de su cuello y aspiró ese rico olor a jazmín que tanto le gustaba- te deseo -La tomó del rostro y la acercó a sus labios- te necesito, dime que tú también me necesitas por favor -Dijo mirándola a los ojos, su respiración era irregular, no importaba el tiempo que haya pasado, ella aún lograba ponerlo nervioso, se sentía como un estúpido adolescente con su primer amor-.

-Te amo Alessandro y te necesito.

-Aless, mi dulce princesa -Rozó sus labios con los suyos y un pequeño beso se posó en ellos, su parte tierna empezaba a salir a flote, se abrazó a su cuello y alzó en puntillas para besarlo, pero no alcanzaba, era muy alto para ella-.

-No te rías grandulón, baja aquí y bésame ya -La miró y otra sonrisa se formó en su rostro al verla querer alcanzarlo- ¿No vas a bajar?

-No lo sé, creo que debería pensarlo -Respondió fingiendo indiferencia-.

-Con que esas tenemos, bien, si no bajas yo subo -Se abrazó fuerte a él y dio un brinco elevándose del suelo hasta que le rodeó la cintura con las piernas- bésame príncipe, ¿sí?, solo un beso -Una pizca de dulzura se reflejó en el turquesa de su mirada al escuchar la súplica de la joven, fijó sus ojos en la tierna joven y humedeció su labio inferior con la punta de su lengua antes de abrirse paso en sus labios y besarlos, caminó con ella abrazada a su cuerpo y se sentó en la cama dejándola sobre su regazo, sin interrumpir el beso, pero necesitaba más, siempre necesitaba más de ella, no la había vuelto a tocar después de la primera vez en la que estuvieron juntos, no le parecía correcto, quiso darle algo de tiempo para que se repusiera de lo su madre, le sacó la camiseta dejando ver la desnudez de sus pechos y cambió de posición para acceder a ellos, su larga cabellera se esparció en la cama dando una bonita vista de la mujer que lucía un rostro angelical y que contrastaba con la desnudez de su cuerpo, era una mezcla perfecta de cielo e infierno-.

Cerró sus ojos al sentir las caricias de Alessandro y la delicadeza de las mismas, amaba la forma en que la tocaba, porque más allá de acariciar su piel, le acariciaba el alma, dio algunas succiones en sus pechos hasta que sus pezones se endurecieron.

-No necesitaremos esto pequeña -Sacó el resto de su ropa hasta dejarla como le gustaba, desnuda y entregada a él volvió a apoderarse de su boca mientras sus manos paseaban por sus caderas en busca de llegar a su intimidad y la rozó con la yema de sus dedos, mordió sutilmente su barbilla y bajo hasta su cuello haciendo pequeños chupetes en él, dejando pequeñas marcas de su paso por el cuerpo de la joven- pequeña -Susurró en su oído a la vez que un dedo intruso se hundía en su sexo- Mírame -Llamó su atención- mírame cuando te esté haciendo el amor -Clavó sus ojos en los suyos y otro dedo entró en su interior-.

-Aless -Sollozó al sentir como sus dedos se movían en su feminidad, provocándola, llevándola al éxtasis puro- no te detengas por favor.

- ¿A mi princesa le gusta esto? -Rotó los dedos, acariciando con el pulgar el clítoris y succionando nuevamente sus pechos, apretó los muslos al sentir que el orgasmo le venía y él se detuvo-.

-Aless por favor.

-Conmigo princesa, conmigo -Tomó su erección y la rozó hasta empaparse en ella y así entrar en su cuerpo con más facilidad- ¿Estás bien? ¿No te hago daño? -Preguntó al ver que ella cerraba los ojos-.

-Estoy bien, es solo que eres algo grande para mí.

-Lo siento pequeña, es la segunda vez que estamos juntos, es normal que te duela un poco, pero tranquila, deja que yo me encargue mi princesa -Salió de su interior solo para volver a sumergirse en su tierno cuerpo con delicadeza, quería grabarse en su piel, hacerla suya, quería hacerle el amor- dime que me amas.

-Te amo -Se aferró a él buscando sus besos al sentir que la dominaba el placer, y aunque ambos habían llegado al orgasmo, él no dejo de mimarla y llenarla de besos-.

Al siguiente día las clases empezaron muy temprano y Alessandra no paraba de soñar despierta, estaba enamorada, muy enamorada de él, se dirigieron a la piscina para su clase de natación, aunque ella prefirió no entrar, no estaba de humor.

-Aless, ya que no vas a entrar a la piscina ¿Puedo encargarte mi cadena?

-Claro Luna, yo te la guardo -Tomó la medalla entre sus manos y la guardó sin mayor importancia, cuatro chicas más, entre ellas Karina, también le encargaron sus collares, y solo ahí pudo notar algo, todos eran iguales, su cabeza hizo un breve recordéis de aquel sueño en el que entró en el cuarto prohibido y vio a las mujeres a las que los profesores les colocaron esos collares, un escalofrío le recorrió el cuerpo al pensar que todo era real-.

ALESSANDRO "MÁS QUE UN SIMPLE DESEO" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora