Capítulo 41 "Solo Mía"

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Alessandra, mi dulce y tierna niña, esta noche he comprobado que puedes ser muy fácil controlarte, he logrado entrar en tu corazón y apoderarme de él, al igual que lo haré con tu voluntad, ahora eres mía y no pienso dejarte ir, voy a ser tu perdición.

Era su sexto día juntos y habían pasado la mañana paseando por el jardín, la mañana estaba soleada y ella quería pasarla con él.

Te tengo una sorpresa pequeña Dijo tomándola de cintura y acercándola a él—.

¿Una sorpresa? —Sonrió—.

Sí, te dejé algo en el cuarto, ve y baja solo cuando el reloj marque las ocho.

¿Las ocho? ¿Por qué?

Ya te lo dije, es una sorpresa, ahora sube y no bajes hasta que sea la hora ¿Sí?

Si

—Ve La besó en los labios y subió hasta la habitación solo para encontrarse con una caja negra sobre la cama, con una rosa encima y un sobre que no tardó en abrir y decía: "Esta noche será nuestra noche ángel mío, hoy mi mundo será tu mundo, bienvenida a mi vida Alessandra".

Abrió la caja y un bonito vestido rojo sangre quedó al descubierto, tenía un corte sirena con pedrería y un escote profundo en la espalda acompañado con un hermoso collar y un par de zapatos estilo cenicienta a juego, se metió a la ducha y dio un baño para luego cambiarse, el vestido le quedo armado al cuerpo y resalto sus curvas, decidió dejar su cabello suelto hasta la cintura y puso un maquillaje leve en su rostro que combinó a la perfección con el tono vino de sus labios y esperó a que llegará la hora, cuando el reloj marcó las ocho en punto abrió la puerta y decidió bajar, un camino de velas en frascos se posó frente a sus ojos, era un detalle muy bonito y le daba un toque romántico al lugar, bajó cuidadosamente con una enorme sonrisa en el rostro, la sorpresa la tenía encantada y más aún cuando vio a su amado Alessandro esperando por ella al final de la escalera, extendió su mano hacía ella y esta la acepto feliz.

Luces preciosa princesa Depositó un cálido beso en sus labios y la guío hasta el comedor donde esperaba una cena que él le había preparado, un mantel rojo sangre cubría la mesa que se hallaba adornada con flores y velas, había frutas y vino que él no tardó en servirle.

Gracias Sonrió sin saber que se estaba condenando al aceptar estar ahí compartiendo esa cena—.

—No hay nada que agradecer, todo esto es para ti pequeña —Tuvieron una bonita cena, pero eso solo era el principio de todo, se dirigieron hasta la sala y él decidió darle un regalo, le entregó una pequeña caja de color plateada que tenía una cadena en ella con un hermoso dije de oro blanco con la letra "A"—.

¿Aceptas mi regalo?

Sí, lo acepto.

Alessandra —Dijo colocando el collar que le había regalado nunca debes sacarte este collar ¿Entendido?

No lo haré La tomó del rostro y besó sus labios sellando una condena de la que ella no tenía idea y que sería su fin, caminó con dirección hasta un antiguo tocadiscos y puso una canción, canción que ella no tardó en reconocer.

¿Me concedería esta pieza mi princesa? Sintió una extraña sensación recorrer su cuerpo al escuchar esa melodía que siempre aparecía en sus sueños y que le hacía recordar a la mujer que se parecía a ella bailando con Alessandro, tomó posición de baile y dejó que la guiara, no entendía bien por qué, pero escuchar ese tema le entristecía dime que me amas pequeña, dímelo.

Te amo Respondió sin dudar, le gustaba oír esas dos palabras que le hacían saber que había hecho bien su trabajo y que ahora lo pondrían a disfrutar de su venganza—.

Mi pequeña Alessandra, hoy tus deseos al igual que tu voluntad me pertenecen y nada ni nadie podrá separarte de mi lado, estás condenada a compartir este infierno conmigo, ojo por ojo mi amor, no lo olvides.

ALESSANDRO "MÁS QUE UN SIMPLE DESEO" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora