Yoongi alzó la capucha sobre su cabeza y, mirando a ambos lados de la calle para ver que nadie le estuviera siguiendo, abrió de un tirón la puerta metálica bajo la escalera y se metió. Lo primero que oyó fue la música que rebotaba contra las paredes, y casi hasta dentro de su propio pecho. El pasillo yacía oscuro, aunque atestado de gente sudorosa que se giraban con curiosidad para mirarlo. Las luces estroboscópicas titilaban, rojas y azules, al final del pasillo, donde se abría una pista de baile bastante fogosa. Empujó a un par personas, con las manos hundidas en los bolsillos delanteros de sus jeans, y miró por el costado de forma filosa a cualquiera que osara quedársele mirando. Divisó, en una esquina, un gran sillón negro donde varias personas estaban sentadas, y fue directo allí, con la vista fija en el muchacho de traje extravagante, gafas amarillas y un whisky que no dejaba de sacudir en la mano. A su lado, un tipo vestido nada más que con un pequeño slip de cuero se le inusuaba gatunamente, como una prostituta; mientras a su alrededor otros tipos hablaban y se reían a voz muy alta.
-¿Podemos hablar? -inquirió una vez estuvo al borde de la mesa.
Bug lo miró un segundo, y sólo un segundo bastó para que, incluso bajo las luces y con la capucha alzada, lo reconociera.
-¡Yoongi! ¡Amigo! ¿Por qué no te sientas y bebes algo, eh? Tenemos whisky, pero puedo pedir lo que quieras. ¿Un daikiry, tal vez? -el muchacho le sonrió, mientras que el muchacho que tenía al lado le acariciaba la entrepierna sin ningún tipo de tapujo.
-Tengo algo para ti -se limitó a decir el azabache, apartando la mirada de aquella desagradable escena-. Será mejor que lo hablemos en privado.
-Puedes decirme lo que sea frente a mis amigos, no tengo nada que ocultarles.
Yoongi apretó la mandíbula un segundo, viendo como todos paraban y se le quedaban mirando con entre curiosidad y molestia. Con un chasquido de lengua metió una de sus manos en el interior de su chaqueta de cuero gris y sacó un montón de dinero atorado, que lanzó de mala gana sobre la mesa, haciendo rebotar varias copas y botellas.
Todos parecieron molestos por ello. Todos menos Bug, que le sonrió con ganas al dinero y lo levantó sólo para abanicarse la cara.
-Sabía que podía contar contigo, Yoongs. ¿Cómo cuántos wons les has sacado? -inquirió, mirando feliz su fajo de billetes. Al ver que éste no respondía sacudió la cabeza y empujó un poco al tipo que tenía al lado para hacerle un lugar-. Eres el mejor, ¿lo sabes? El mejor, sin duda. Ven, siéntate a mi lado, también tengo algo para ti. Y esto -se llevó una mano al pecho, fingiendo orgullo- te lo has ganado.
Antes de que el muchacho pudiera decir palabra, y sin moverse de su lugar porque no pensaba sentarse junto a ese tipo, Bug sacó una reluciente arma de detrás de sus pantalones. Todos se quedaron en silencio, casi se podía sentir como si estuvieran conteniendo la respiración, mientras el muchacho la dejaba sobre la mesa y con un empujoncito la deslizaba hasta el otro extremo, donde Yoongi esperaba pacientemente.
-Creo que eso te facilitará un poco las cosas.
El muchacho apenas si se inmutó. Había visto armas durante muchos años, y no era la primera vez que le ofrecían una.
-No -dijo, al final.
Bug lo miró pasmado.
-¿No? Bueno... -se mordisqueó el labio, exageradamente. Parecía un actor de teatro barato, siempre fingiendo y dramatizando todo como si nada de lo que estuviera pasando tuviera la menor importancia-. Bueno, entonces déjame regalarte un poco de ésta -y tras decir eso, estiró la mano sobre la mesa y tomó una pipa, para luego ponerse en pie y caminar hasta él. Yoongi echó la cabeza un poco hacia atrás, ya que Bugs tenía las piernas increíblemente largas-. Es buena, te lo prometo.
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You Never Walk Alone [Namjin// Yoonmin// Vhope]©
Fanfic[SEGUNDA PARTE DE MY SWEET PRINCE] ©Obra Registrada 2020 Eunice Balbi Se prohíbe la copia total o parcial de la novela, como también adaptaciónes.