-Algo pequeño -decía Jungkook, aspirando el humeante sabor de su café en vaso descartable-. Lo último que necesito es que me corran del trabajo porque soy una mala influencia y un mal tutor.
-Tengo dieciocho, creo que tengo autonomía suficiente para hacerme un tatuaje -Minsuk se encogió de hombros, sorbiendo de su café frío y mirando, a su vez, la tienda que tenía en frente-. Anda, vamos -estiró una mano para entrelazar los dedos con los de su tutor y medio le obligó a cruzar rápido la calle.
-Ahh, jincha... -suspiró el muchacho; y sin embargo se dejó arrastrar por ella hacia el local-. ¿Y qué te piensas hacer?
-Oh, tengo algo pensado.
Jungkook renegó cuando ella abrió rápidamente la puerta tintineante, pero pasó sin oponer resistencia. Miró hacia arriba, fijándose en los dibujos encuadrados en las paredes, y silbó entre dientes. Quien fuera que los hiciera, tenía estilo.
-Hola, chico -oyó a Minsuk apoyarse contra el estante, haciendo mucho ruido sobre el vidrio-. Quiero tatuarme.
-Muy bien -la voz le pareció muy parecida a Jungkook-. ¿Identificación?
-Sí, un momento, la tiene mi padre -respondió ésta. Jungkook bajó la vista hacia ella cuando la muchacha le sacó la billetera del bolsillo delantero de los jeans de un manotazo.
-¡Eh! -exclamó, y cuando levantó la vista no pudo evitar rodar los ojos y echar la cabeza hacia atrás-. ¡Es en serio!
-Qué tal, Jungkook -lo saludó Hoseok, con una sonrisa en los labios y los ojos puestos en la identificación que la muchacha acababa de tenderle-. No sabía que eras padre, felicidades.
-Ah, veo que dejaste el alcohol. Me alegro que estés mejor -respondió éste, logrando que Hoseok le lanzara una miradilla de reojo un poco menos risueña.
-¿Qué es ésto? ¿Tensión sexual? -Minsuk los miró a ambos, uno a la vez, confundida. Terminó de desenrollar el papel que tenía hecho un bollo en el bolsillo y se lo enseñó a Hoseok-. ¿Crees que puedes hacer ésto?
-Alto -Jungkook se acercó y le arrebató el papel de un manotazo, viendo el dibujo con ojos como platos-. ¿¡Me robaste éste dibujo!?
-Es muy lindo.
-No pueden tatuarte ésto, Minsuk. No... No éste.
-¿Por qué no? -inquirió, ahora, Hoseok, sacándo de un tironcito suave el papel de entre los dedos del menor. Entrecerró los ojos para ver el dibujo: un hombre de alas negras, e hizo una mueca-. Tal vez con un par de arreglos, yo...
-¡De eso nada! -Jungkook volvió a sacarle el dibujo al otro-. Ésto es mío, Minsuk, no puedes tatuártelo. Y tú no puedes cambiarlo -dijo, furioso, a Hoseok.
Aunque el mayor le sonreía, increíblemente divertido con la situación.
Jungkook miró a Minsuk, a la espera de una respuesta, y abrió mucho la boca cuando vió como ella miraba a Hoseok como si estuviera viendo algo comestible.
-¿¡Tú también!? -exclamó, sorprendiéndola y haciéndole parpadear mucho-. Aigo...
-Ya sé cómo resolver ésto -Hoseok levantó las manos en señal de rendición, rodeando el mostrador para llegar a su lado. Se apoyó contra el mueble y se cruzó de brazos, y si Jungkook no iba a admitir que eso era bastante atractivo, Minsuk estaba ahí para dejarlo bien claro con cómo se le caía la baba-. Jungkook, ¿alguna vez has pinchado a alguien?
El menor enarcó mucho las cejas.
-¿Perdona?
-Sé que estuviste en prisión. Asumo que has tatuado alguna vez a alguien, ¿no?
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You Never Walk Alone [Namjin// Yoonmin// Vhope]©
Fiksi Penggemar[SEGUNDA PARTE DE MY SWEET PRINCE] ©Obra Registrada 2020 Eunice Balbi Se prohíbe la copia total o parcial de la novela, como también adaptaciónes.