You Never Walk Alone [Namjin// Yoonmin// Vhope]©

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Cuando Jin abrió los ojos lo único que vio a su lado fue el lado hecho de la cama. Parpadeó, sintiendo la luz de un sol radiante entrar entre las rendijas de la persiana baja de su ventana y se sentó, extrañado.

-¡No, no, no, Changsun! ¡No te comas la masa!

Enarcó una ceja, girando la cabeza hacia la puerta semiabierta, y se apresuró a levantarse, alisarse la ropa, y medio correr hasta la cocina donde vió una escena que lo enterneció hasta el alma: Namjoon tenía el cabello rosa totalmente despeinado, y se lo peinaba hacia atrás con el antebrazo mientras acomodaba porciones de masa en una bandeja para luego echarla dentro del horno. Jin vió las mangas de su camisa arremangadas hasta los codos, y los brazos llenos de harina. A su lado, Chungsun jugaba con una pequeña porción de masa que su padre le habría dado, sentado en la mesada, mientras sostenía en una mano una galleta ya horneada bastante mordisqueada y en la otra una taza de plástico rellena con leche humeante.

-¿Te terminaste tu taza? Anda, hijo, que no tenemos mucho tiempo -Namjoon lo apremiaba, con la cabeza casi metida en el horno para ver como iban las galletas.

-Hum... ¿buen día? -inquirió Jin, recargado a un costado de la puerta y con las mejillas sonrojadas.

Namjoon se giró a verlo con sorpresa y Changsun sonrió con la cara llena de migas, levantando los brazos.

-¡Jin! Oh, siento el desastre, no quería despertarte y...

-¡No! ¡Está bien! -exclamó el muchacho acercándose al pequeño con una sonrisa reconfortante en los labios. Levantó la mirada para ver el reloj en su pared, fijándose en que marcaba las ocho de la mañana-. Me siento un poco avergonzado de que no me hayas despertado igual para ayudar.

-No te preocupes, lo tengo todo controlado -Namjoon frunció el entrecejo y se giró rápidamente al horno, como si estuviera asustado de que se le quemaran en los segundos en los que no las miraba-. No quería despertarte tan temprano, parecías muy tranquilo. Y considerando que tuviste una noche mala...

-No fue mala en absoluto -murmuró Jin, con la vista fija en el niño, sintiendo que el pelirosa lo miraba. El mayor buscó un trapo húmedo y lo acercó al rostro del niño para comenzar a limpiar su boca-. Tienes que ir al kinder, ¿verdad?

-Mmh -asintió Changsun sin prestarle demasiada atención, porque jugar con la masa estaba más entretenido.

-Queda bastante cerca de aquí, en realidad, Julie me alcanzará sus cosas allá -Namjoon suspiró y miró su reloj de muñeca con un poco de desesperación-. Pues ya vamos tarde, nene. Tendrás que merendar ahí. Hum, Jin, ¿podrías...?

-¿Cuidar de las galletas? Claro que sí -Jin asintió y vió que Namjoon se relamía el labio inferior para ocultar una sonrisa tonta y avergonzada.

-Okey, let's go -Namjoon hizo señas al niño de que lo siguiera.

-¡Let's go to school! -respondió Changsun dejando que Jin lo bajara de la mesada y corriendo hasta las piernas de su padre.

-Eh, ¿no saludas a Jin? 

Changsun se giró y corrió hacia el mayor, que se agachó a su altura para recibir un abrazo al cuello y un beso lleno de baba en toda la mejilla. Luego volvió hasta su padre, dejando a un Jin atontado de amor y ternura.

Namjoon soltó una risita y abrió la puerta para marcharse.

Namjoon manejó hasta la casa de Jin de vuelta, pero antes de salir se quedó sentado con las manos fuertemente agarradas al volante. No tenía idea de si lo que estaba haciendo estaba bien. Es decir, Jin no le había dicho que volviera a su casa, ¿no? Sólo le había dicho que pasara la noche con él por la tormenta, al fin y al cabo. Pero había dejado un desastre en su cocina, y él le había dicho que cuidaría en su ausencia de sus galletas. No tendría sentido no volver, de seguro lo estaría esperando. ¿O no? Porque también podía ser raro, sobre todo teniendo en cuenta que Namjoon debía estar yendo a su estudio ahora mismo. Aunque aún era temprano, y... No, no, puras excusas. Él quería pasar la mañana con Jin. La mañana, la tarde, el día completo; todos los días de su jodida vida. Pero, claro, omitiría eso último.