-No me jodas, ¿¡es en serio!? -se burlaba Jungkook, sentado a los pies de la cama de Minsuk, mirando el televisor mientras se comía parte de su comida de hospital-. ¡Sólo dale el jodido anillo!
La muchacha soltó una risita, levantando débilmente un pie para patearlo a un costado. Hacía un buen rato que llevaban viendo una película en el televisor de su habitación, y él no había parado de quejarse todo el rato.
-Por eso odio las películas de amor -se quejó, dejándose caer sobre la cama.
-Tú quisiste ponerla.
-Sólo porque sé que a ti te gustan esas pelis.
-¿Señor Jeon?
Jungkook se levantó rápidamente de la cama, sorprendido al oír que lo llamaban por la puerta. No tuvo que ver su figura escuálida, sus risos sobre los hombros y su cara de pocos amigos para saber perfectamente de quién se trataba.
-Señora Park -murmuró, sin poder evitar soltar su nombre con un deje antipático en la voz.
La señora le respondió mirándolo de la misma manera. Aunque, a decir verdad, aquella mujer siempre tenía aquella odiosa cara de culo en las arrugas de su cara.
La había conocido el primer día en el edificio donde vivía Minsuk junto a los demás niños con cáncer. Ella era de recursos humanos, y era la encargada del caso de la muchacha, ya que ésta no tenía a nadie más que la cuidara. Jungkook había leído en la ficha de la muchacha que no lograban contactar con su padre hacía muchísimos años, y que su madre había fallecido hacía no tanto tiempo, justo después de enterarse que Minsuk tenía leucemia. Eso había sucedido hacía dos años, aproximadamente. A la muchacha le habían diagnosticado la enfermedad con tiempo, y desde entonces había vivido en aquel edificio, con su situación absolutamente controlada.
Controlada hasta ahora, que acababan de enterarse que el cáncer de Minsuk había hecho metástasis, esparciéndose por sus órganos internos.
Sabía perfectamente por qué la señora Park estaba allí ese día, pero para Jungkook verla de repente era como ver a un fantasma: un fantasma que tenía el poder de sacársela de entre las manos y llevarla lejos, muy lejos, donde tuviera mejores cuidados.
-Hola, Minsuk. ¿Cómo te sientes? -la señora le sonrió, pero inmediatamente volvió a él-. ¿Podemos hablar a solas? Discúlpanos -añadió antes de irse a la muchacha.
-Sólo será un segundo -murmuró Jungkook a la niña, para luego salir de la habitación y seguir a la mujer por los pasillos del hospital-. Asumo que ha venido porque se ha enterado lo que sucedió -dijo, cuando ésta frenó de repente en la sala de espera y se giró a él.
-Por supuesto que sé lo que pasó -respondió ésta, perdiendo al instante la formalidad al hablarle, así como él tampoco se había molestado en usar-. Escucha, dado el caso de Minsuk, lo mejor será que vuelva al edificio donde puedan controlarla. Estará rodeada de médicos y enfermeras que podrán cuidar de ella todo el día.
-No -Jungkook negó con la cabeza, cruzándose de brazos-. No puede hacer eso. A ella no le gustaría.
-¿Eso, que sucedió? No me sorprende, dadas las condiciones en las que vivía.
Jungkook entrecerró los ojos, sintiendo que la furia comenzaba a prenderle fuego los pulmones.
-¿Está culpándome a mi o a mi casa de su situación?
-Minsuk ha hablado con los doctores, les dijo que últimamente se pasaba el rato fuera de casa. ¿Que fue a una fiesta, que tuvo una cita?
-Cosas de una chica normal de su edad, ¿no?
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You Never Walk Alone [Namjin// Yoonmin// Vhope]©
Fiksi Penggemar[SEGUNDA PARTE DE MY SWEET PRINCE] ©Obra Registrada 2020 Eunice Balbi Se prohíbe la copia total o parcial de la novela, como también adaptaciónes.