You Never Walk Alone [Namjin// Yoonmin// Vhope]©

21

Cuando Hoseok frenó la motocicleta frente a la casa de Seokjin, Taehyung se bajó casi a los saltos. Se quitó el casco de forma apresurada, y cuando retrocedió un paso para abrir la boca con intención de despedirse, un Seokjin furioso salió de la casa y medio corrió hacia ellos.

-¡Kim Taehyung! ¡Como hayas venido en esa moto te...! -se frenó al ver a Hoseok, quedándose con la palabra en la lengua. Parpadeó, confundido, y enarcó ambas cejas-. Ah, vaya, hola. ¿Has...? ¿Has venido con...?

-Hyung me invitó a dar un paseo -murmuró el menor, mirándolo sobre el hombro y tocándose el tatuaje bajo la manga del abrigo con actitud pícara.

-¿H-hyung? -repitió su amigo, como si no diera de sí.

Hoseok se infló el pecho, tratando de ocultar la felicidad que sentía que se le extendía por las extremidades como una descarga de electricidad, y asintió con la cabeza a modo de saludo.

-Seokjin -dijo. Luego miró a Taehyung y sonrió ladino, divertido ante la situación-. Nos vemos luego.

-S-sí, chau -el menor se sonrojó completamente, medio apartando la cara para ocultarlo.

Tarde. Hoseok lo había visto. Y por lo visto Seokjin también, puesto que de repente fijaba la mirada en el suelo algo incómodo, como si quisiera darles un poco de intimidad tras haber interrumpido en su despedida de forma abrupta para, probablemente, regañar a su dongsaeng.

Hoseok se puso el casco de Taehyung, el casco de Taehyung, eso sonaba bien, en la cabeza y tras mirar el reloj de su muñeca dio un giro al volante, haciendo rugir la motocicleta. Tenía poco tiempo, mejor se apuraba. Volvió a asentir con la cabeza y tras soltar el acelerador salió disparado con la naturalidad de una serpiente.

-¡Vaya! -exclamó Jimin cuando la novia se acercó a ellos, con su elegante vestido blanco y el cabello lleno de rizos que rebotaban sobre sus hombros cada vez que ella se movía-. Te ves preciosa. Es una boda muy linda. ¡Felicidades!

-Hola, Jimin -la muchacha le sonrió, levantando su copa de champán a modo de brindis-. Jiyong me ha hablado mucho de ti. Temo que no nos hemos conocido bien antes, pero es un placer que estés aquí.

-¡Yah! -Jiyong levantó una mano y la apoyó sobre la cabeza de su hermana, haciendo que ésta se removiera y acomodara la tiara brillante que casi se le había caído-. Qué formal, eh. Anda que casa o no sigues siendo mi hermanita.

-Si serás imbécil -se quejó ésta, aunque tenía una sonrisita socarrona en los labios. Jimin les sonrió, encantando con la escena-. Bah, que tengo que... Ya saben, ir por ahí a saludar y que se yo. ¿Puedes creer que no conozco como a la mitad de mis propios invitados? Mi esposo tiene demasiados compañeros de trabajo, aigoo...

-Anda, ve a hacer amigos. Estaremos bien aquí, por éste rincón, bebiendo todo el champán -Jiyong le guiñó un ojo y su hermana rodó los ojos, risueña, antes de marcharse a saludar a los siguientes invitados-. ¿Te aburres demasiado, Park Jimin?

-Qué dices, éste lugar es fantástico.

Y era cierto. La boda era celebrada en un salón tan grande y extenso como un palacio, con columnas y dos grandes escaleras que se unían al final. Mesas de cristal, arreglos florales con rosas blancas, manteles largos y alfombras, todo era tan blanco que Jimin sentía que paseaba por un iglú. La cantidad de invitados era exorbitante, en eso tenía que concordar con la novia; aunque se sentía extrañamente cómodo en aquel amasijo de desconocidos: como si estuviera desconectando momentáneamente con la realidad.

-¿Te estan follando, Jiminnie? ¿Te están cogiendo duro por el culo, eh? ¿Te gusta cómo te cogen, Jiminnie? ¿Dónde mierda pasas el tiempo cuando yo no estoy?