My Funny Valentine–Alice Fredenham suena por todo el auto. Canturreo a todo pulmón mientras llego a mi destino. Es un sábado por la noche, así que Oxford Street está más concurrida de lo normal. Cómo diría mi yo bailarina: ¡el cuerpo lo siente!
But don't change your hair for me
Not if you care for me
Stay a little valentine stay
Each day is Valentines day.Is your figure less than Greek
Is your mouth a little weak
When you open it to
Speak Are you smart.Canto fuerte. ¡Síiii! Me siento sexy. En cinco minutos me encuentro aparcando frente a una de las discotecas más llamativa de Londres. Mi discoteca. Salgo del auto, dirigiéndome a la entrada. Hay una fila de quince personas esperando por entrar. Paso por delante, colocándome frente al enorme guardia de seguridad. Todo un mastodonte negro. Me mira sin mostrar algún gesto. Intimida... y mucho.
—Ava White—presento.
Sus cejas se levantan en sorpresa, pero tan rápido cómo una estrella fugaz, vuelve su gesto serio.
—Señorita—dice, abriendo la cinta y apartándose para que pueda pasar.
El olor a nuevo y colonia cara se siente por todo el lugar. Paredes negras y ventanas por doquier iluminan la habitación dándole ése toque misterioso. Es espaciosa y grande. Una enorme pista de baile al fondo la acompañan junto con un Dj y sus enormes cornetas a los lados. Hay varias mesas de cristales en los laterales. Me encanta porque le dan un toque discreto y decente.
Bajo la pequeña escalera y muchas personas se voltean a verme. No hago caso. Me dirijo al bar del fondo. Hay algunas personas sentadas alrededor de la encimera conversando anímadamente. Los dos bartenders se encuentran yendo de un lado para otro con rapidez tratando de complacer a los ya calorados consumidores. Son las 9:00P.M. Apenas, ¿cómo pueden estar borrachos? Obviándolo, mi mirada se centra en una pelirroja solitaria sentada en la esquina con una copa en la mano, distraída.
Siente mi mirada porque se voltea y sonríe.
—¡Ava!—exclama, levantándose para darme un abrazo.
—¡Estás hermosa!—digo, mirándola de arriba abajo cuando nos separamos.Eleanor es hermosa. Es igual de blanquecina cómo yo. Tiene unos hermosos ojos negros que hacen contraste con su cara. El vestido rojo largo que tiene puesto, hace juego con su cabello. En el respaldo de su silla puedo ver su suéter largo junto con unos guantes negros.
—¡Madre mía! ¿No te has visto tú?—adule con los ojos bien abiertos.
¡Claro que me he visto! Eleanor está al tanto de mi debilidad por el frío. Nunca deja de sorprenderle cómo puede no afectarme tanto.
Mi cabello está suelto y liso. Tengo un vestido azul marino ceñido a mi cuerpo con la espalda descubierta y medias panties. Gracias a mi abrigo Camel, no se nota. Los tiros son muy delgados, así que no tengo brasier. Lo acompaño con unos tacones altos plateados y una pequeña cartera colgando de mi brazo.
—¿Empezaste sin mí?—pregunto, señalando la copa que descansa sobre la encimera.
—Necesitaba entrar en calor—contesta, con una sonrisa inocente.Volteo los ojos. La invito a tomar asiento. Me despojo de los guantes, colocándolos en el mármol.
—¿Cómo estás, Ele?
—¡Vengaaaa, Ava! Primero lo primero: una botella de vino.
—Prefiero una cerveza—reniego, negando con la cabeza.
—Vino y luego cerveza, ¿vale?—propone y no espera mi respuesta porque llama al bartman.Cierro la boca. Eleanor es muy testaruda. Lo más inteligente, es seguirle el hilo. Disfruto de un buen vino. No obstante, mi lema es cerveza para el corazón y la vida. ¡No hay nada mejor que eso!
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Once y Media (11:30) ✔
RomanceEl pasado de Ava White cada vez se hace más presente en su actual vida. Dejar lo que alguna vez fue, se vuelve constante. Sus secretos más oscuros empiezan a salir a la luz al toparse con unos ojos llenos de temor y curiosidad. Pero, ¿curiosidad por...