Estoy esperando a Benjamín en la sala. Al marcharse a su despacho, aproveché la oportunidad para colocarme unas panties negras, un suéter largo beige y mis guantes. Tomo asiento en el sofá y analizo la situación: conocí a los padres de mi caballero. Soy su novia. En realidad, somos exclusivos, eso indica que tengo un leve compromiso con un hombre.
Quiero ir a casa de mis padres, y le he dicho a Benjamín que sí porque no pude resistirme a sus facetas. No es que no quiera pasar tiempo con él, sino que la idea de ver a mi madre y a mi caballero interactúar, es incómoda. Aunque a él parece no importarle. Y si es así, ¿por qué hago tanto bullicio? Mi cerebro palpita, diciéndome que todo está pasando deprisa. O eso siento yo.
Afuera hay personas que aún tienen la amabilidad y certeza de preocuparse por alguien más que sí mismos. Y eso me gusta. Me encanta saber que a pesar que en el mundo haya tanto maldad, aún esté rodeado de personas nobles. Benjamín es una de ellas. No hace falta conocerlo a fondo para entender que debajo de esa coraza de hombre intenso, se esconde una persona muy amena. Alguien que también ha sufrido. Benjamín despierta intriga. Incluso, hace que me pregunte cuál es su lugar favorito de la cama.
No había pensado de esa forma en muchos años. Hace un tiempo atrás, Nathan venía a mi cabeza cuando un hombre se acercaba lo suficiente. Tenía el ligero pensamiento de que todos eran cómo él y buscaban lo mismo: lastimarme. Las personas suelen ocultar una parte de su careta por temor a ser rechazados, al momento de conseguir su cometido, muestran la realidad. A veces me pregunto si Benjamín haría lo mismo. Pero esa idea sale de mi cabeza inmediatamente. Es un instinto que asegura que mi caballero es todo lo contrario a lo que alguna vez tuve.
Sin pensarlo, empiezo a recordar a Vea. ¿Y si tenía razón? ¿Qué pasa cuándo encontramos a una persona mágica?
"Estaba sentada en la grama junto con mi ángel. Vea estaba mirándome con una sonrisa, negando con la cabeza repetitivas veces.
—Hay personas mágicas, Ava. Muchos creen que se esconden dentro de los pilares más recónditos del mundo, pero yo opino lo contrario. Están cercas. Muy cerca. ¿Sabes cómo lo sé?—pregunta.
Niego con la cabeza, confundida.
—Porque tú eres una de ellas. Eres magia. Todo de ti grita poder y luminosidad. Cuando te veo a los ojos, veo a una gran mujer. Eres capaz de hacer que mi sonrisa se ensanche cuando tengo un mal día. Y estoy, completamente segura, que todas las personas se darán cuenta. El día que encuentres a tu persona mágica, lo sabrás. La respiración se te acelerará, pero al instante, te calmarás y recibirás una paz que nunca creíste posible. Guarda estas palabras, Ava, sé de lo que hablo—dice, guiñándome el ojo".
Vea tenía una forma de ver a las personas y la vida, increíble. Aún no encuentro una explicación razonable. Era inteligente. Tenía conocimientos en muchos ámbitos y escucharla era un milagro. Nunca sonaba egocéntrica, todo de ella gritaba libertad. Una forma de expresión. Muchas veces llegué a pensar que ella quería ver el mundo de una forma única y no cómo las demás personas lo veían. ¿Es posible que creará una fantasía dentro de su cabeza?
¿Benjamín puede ser esa persona mágica de la que tanto Vea hablaba? No lo sé. Mis comportamientos con respecto a él, han sido diferentes, sí, ¿pero mágicos?
Mi caballero entra a la sala perfectamente arreglado. Tiene su suéter y sus guantes. Al mirarme, sonríe. Hace una seña con la cabeza para que me levante y lo siga. Caminamos a la puerta. Antes de salir me da un tierno beso en la frente. Salimos del edificio hacia el aparcamiento.
Paúl nos está esperando con la puerta abierta. Le sonrío al pelinegro y ambos nos adentramos al auto. En segundos, estamos en marcha por las calles de Londres. Benjamín toma mi mano y se la lleva a la boca, besando mis nudillos.
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Once y Media (11:30) ✔
RomanceEl pasado de Ava White cada vez se hace más presente en su actual vida. Dejar lo que alguna vez fue, se vuelve constante. Sus secretos más oscuros empiezan a salir a la luz al toparse con unos ojos llenos de temor y curiosidad. Pero, ¿curiosidad por...