Pasó algo más de una semana desde entonces y no le había vuelto a ver. Parecía que los momentos de aquella mañana eran muy lejanos. Recuerdo que al dormirnos él era quien me abrazaba; pero cuando abrí mis ojos, me di cuenta que estaba encima de su cuerpo.
Podía sentir su piel en mis manos, su brazo alrededor de mi cintura aprisionándome y mis labios pegados a su pecho. Su olor me envolvía, al parecer yo no era la única que tenía un olor delicioso, nunca creí que me gustaría el olor de un hombre y mucho menos el de él, pero ahí estaba. Escuchaba los latidos de su corazón y su respiración tan pausada como una melodía, casi como un canto de sirena que me dejaba fuera de mis sentidos. Se sintió sumamente extraño, demasiado extraño, y noté un cosquilleo en mi estómago que estaba bastante fuera de lugar y segura estaba de que no era hambre.
Al salir de mi trance me separé sutilmente para que no notara que lo había abrazado de esa manera. Le observé, dormido se veía tan indefenso, que ni siquiera parecía el monstruo que había intentado forzarme el día anterior o el que me había dejado en el techo. Su actitud tan cambiante era la que me desconcertaba, había sido un tirano, luego fue lindo llevándome a la biblioteca y luego casi me viola ¿Quién era él? ¿Por qué actuaba así? ¿Y por qué yo era la única de sus esclavas que había pasado de la primera noche?
Estaba confundida acerca de su persona pero luego de ese día nunca más volvió, lo cual fue un gran alivio. Cada mañana me enviaban a las sirvientas con vestidos y comida para mí. Luego llegaba un guardia y me escoltaba hasta la biblioteca, donde me quedaba la mayor parte de mi tiempo. Incluso me llevé algunos libros a la habitación en la torre, que a estas alturas podría llamarla como mía.
Me parecía absurdo pero sentía que quería verle, me causaba curiosidad, quería saber lo que era. La visión de sus alas negras y esa transformación no salía de mi mente ¿Qué era? Me recriminaba a mí misma por pensar tanto en ello y trataba de concentrarme en leer para evitar cualquier pensamiento que me llevara hasta él, pero era inevitable.
Lo bueno era que había muchos libros sobre medicina en esa biblioteca y quería estudiarlos a fondo. Esa mañana me la había pasado cumpliendo ese propósito. Terminé de leer uno de los libros y recordaba haber visto otro en la parte superior de la estantería. Me dirigí hasta ella y traté de alcanzarlo, estaba muy alto. Miré alrededor, pero no había una escalera (de esas que se usan para alcanzar los libros en las estanterías muy altas de las bibliotecas)
—¿Cómo pueden tener estanterías tan altas y ni siquiera tener una escalera? —me quejé mientras daba brincos para alcanzar el libro.
Entonces sentí a alguien que se acercó por detrás y lo tomó por mí. Cuando me giré le vi a él. Me pegué lo más que pude a la estantería para marcar distancia, pero aún así estábamos muy cerca, prácticamente le tenía encima de mí. Era tan alto y con todas esas cosas que traía yo ni siquiera me veía.
—¿Querías esto? —preguntó mostrándome el libro.
—Sí, gracias —traté de cogerlo pero lo alejó— ¿Qué está haciendo? ¿Por qué lo cogió si no me lo va a dar? —me quejé haciendo puchero. Él sonrió y me dio el libro—. Gracias —hice el intento de escabullirme pero lo impidió.
—¿A dónde vas? —me tomó del brazo y volvió a ponerme contra la estantería—. Ha pasado mucho tiempo, Valeria.
—Solo han sido diez días, no es para tanto.
Él sonrió más ante mi respuesta— Incluso sabes cuántos días son y dices que no es para tanto —tomó mi rostro con su mano comenzando a hacer círculos con su pulgar sobre mi piel, haciéndome sentir extraña—. Se te ve bien.
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Dark Angel
FantasyValeria fue llevada como esclava cuando el rey de Ahrimán conquistó su reino. Ella, apenas una simple princesa que jamás había salido de entre los muros de su palacio, termina formando parte de un mundo que solamente había conocido en libros y que c...