—¿Qué estás haciendo? —le escuché gritar y vi como empujaba a la reina a un lado. Tosí una y otra vez tirada en el suelo tratando de volver a respirar con normalidad cuando me sentí liberada— ¿Qué crees que estás haciendo? ¿Quién te dio el derecho de maltratarla, eh? —preguntó él tomando a la reina por los brazos y sacudiéndola fuertemente, estaba enfadado.
—¡Es una esclava, puedo hacer con ella lo que quiera! —respondió y vi como el rey casi le pega pero se contuvo.
—¡Escúchame bien! —dijo furioso bajando la mano que había levantado— ¡Ella no es tu esclava, es mía! ¿Entiendes? ¡Mía y de nadie más! ¡Ninguna persona en este palacio, ni siquiera tú puede tocarla! ¡Nadie! —la empujó fuertemente hacia un lado para luego venir hasta donde yo estaba y me cargó en sus brazos.
Me aferré a él mientras me sacaba del lugar, agradeciendo para mis adentros que apareciera. Esta vez no me llevó a la torre, entramos en una habitación gigantesca y llena de adornos, con una cama enorme cubierta por sábanas rojas adornadas por bordados dorados bastante finas y con muchos cogines. Él me colocó sobre ella con cuidado.
—¿Te hizo mucho daño? —me preguntó y notaba cierta preocupación en su mirada.
—¿Dónde estamos?
—En mi habitación.
—No, no puedo estar aquí —traté de levantarme para irme, cosa que me impidió haciendo que me recostara de nuevo.
—Estate quieta ahí, no entiendo cómo dejaste que te golpeara de esa manera.
—Es la reina, no podía hacer nada —respondí aún adolorida poniendo mi mano sobre mi estómago, la muy desquiciada reina me había pegado con todas sus ganas, me dolía muchísimo.
—Déjame ayudarte con eso —él colocó sus manos sobre donde tenía las mías e hizo lo mismo que cuando me bajó la fiebre, en unos segundos el dolor desapareció— ¿Te duele alguna otra parte?
—No, así está bien —asentí incorporándome.
El rey tomó un pañuelo que había allí cerca y comenzó a limpiar la sangre de mis labios.
—Debe haberte dolido mucho, no pensé que Cara fuese a ponerse así, de haberlo sabido no te habría dejado en el lugar —comentó mientras me limpiaba.
—Está celosa, no la culpo —dije algo nerviosa por verle tan atento conmigo, era raro.
—¿Celosa? —rió con incredulidad—. Cara no me quiere, solo le importa conservar esa corona en su cabeza y el título de reina.
—Pues dígaselo a mi estómago que fue el que sufrió las consecuencias.
Vi como mi comentario le sacó una sonrisa triste— No te preocupes, esto no sucederá más. Levanta, debes tomar un baño —puso a un lado el pañuelo e hizo ademanes con la mano para que me sostuviera de él y me pusiera en pie.
—No se preocupe, estoy bien así —me negué educadamente tratando de evitar cualquier situación que me implicara a mí desnuda junto a él.
El rey me miró mal— Tienes el vestido sucio y manchado de sangre, no pienso dejarte así.
—Pues prefiero esto a estar sin ropa frente a usted.
— No es como que puedas evitarlo, Valeria —me sonrió con picardía y en menos de nada ya me había cargado en brazos.
—¡Bájeme, por favor! —le pedí luchando para liberarme de sus fuertes brazos.
¿De que estaba hecho? ¿De hierro acaso?
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Dark Angel
FantasyValeria fue llevada como esclava cuando el rey de Ahrimán conquistó su reino. Ella, apenas una simple princesa que jamás había salido de entre los muros de su palacio, termina formando parte de un mundo que solamente había conocido en libros y que c...