Capítulo XVIII

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Valeria:

Cuando Hifras dijo que llegaríamos en unos segundos, no estaba exagerando. Solo susurró un montón de palabras sin sentido y en frente de nuestros ojos apareció, lo que me imagino, era un portal. Cuando le atravesamos estabamos en frente de un gran castillo.

-¿Que es este lugar? -pregunté mientras observaba la gran estructura.

-Es el reino de cierto monarca que no te tiene mucho aprecio, estamos en Redmont -dijo y comenzó a andar hasta la entrada del palacio.

Hacía tiempo que conocía al rey Guideon pero ni siquiera sabía el nombre de su reino. El castillo era grande y bastante ostentoso, pero luego de ver el de Ahrimán este no pasaba de una simple distracción. Cuando estuvimos dentro, Hifras aún me llevaba a rastras atada con esas cadenas. Llegamos a una gran habitación donde él me dejó sujeta a una de las columnas.

-¿A qué estamos esperando? -pregunté ya que no entendía el propósito de que estuviera allí.

-Guideon llegará en un día o dos, depende de como le esté yendo en esa batalla.

-El ejército de Guideon jamás ganará esa batalla.

-Por eso estás tú aquí, querida -me sonrió con malicia-, eres la verdadera venganza del rey Guideon contra tu rey.

-No conseguirá nada, el rey jamás vendría a buscarme.

-Eso es lo que tú crees, pero solo tuve que ver como te protegió aquel día para notar que eres algo valioso para él.

Apreté mis labios de lo furiosa que estaba por sus palabras, solo esperaba que Kay no fuese tan tonto de venir a buscarme y caer directamente en la trampa de Guideon.

Pasaron unas horas y entonces vi entrar por la puerta de la habitación a Demir.

-Veo que están aquí -dijo sonriendo.

-¡Maldito, después de todo si que eres un traidor! -grité furiosa, él solo se limitó a sonreír.

-Me empezabas a caer bien, bonita, pero hay cosas más importantes en juego.

-¿Por qué estas aquí? ¿No se supone que debías estar allá para informarnos de todo?

-Hubo un ligero cambio de planes -se recostó a la pared con los brazos cruzados-. Kay al parecer vio el humo que provocó tu incendio y llegó al lugar antes de que pudiera doparme a mí también. Obviamente él no es idiota y notó que algo en mi historia no encajaba, casi me mata pero logré que me dejara ir.

-Es una lástima -Hifras suspiró-, hubiese sido bueno que estuvieses allí por un tiempo más.

-Bueno, debiste haberte controlado, habíamos quedado en que no habría fuego, Hifras.

-Pues esta chiquilla es muy hábil, no podía dejarla escapar.

-Por lo menos lograste traerla, hubiera sido un un problema de no ser así ¿Has hablado con tu hermano?

-Demir, no hables de esas cosas en frente de ella.

-No te preocupes, dentro de poco no tendrá nada que contar -dijo riendo.

Yo les miraba atónita, no entendía su relación pero estaba segura de que se conocían hacía mucho. Me pareció sospechoso el comentario sobre el hermano de Hifras, por alguna extraña razón tenía la ligera impresión de que él estaba detrás de todo esto; aunque no creo que el hermano de Hifras fuese precisamente Guideon...

Estuvimos en aquel salón hasta casi el anochecer y entonces me llevaron para una mazmorra. Estuve allí, en aquel sucio y frío lugar hasta el otro día. Ni siquiera se molestatron en darme de comer, aunque no tenía ni un poco de hambre, solamente apretaba con fuerza el colgante que el rey me había dado, sabía que podría encontrarme si así lo quería pero deseaba que no lo hiciera.

Dark AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora