Capítulo VIII

4.9K 894 206
                                    


A Uriel para no gustarle bailar, lo hacía muy bien. Yo estaba demasiado feliz, sentía que pisaba las nubes hasta que me estrellé contra el suelo y volví a la realidad. De un momento a otro comenzaron a cambiar de parejas, el general fue con otra chica y yo terminé bailando con el rey Guideon, miré alrededor y su hija ahora estaba con ese hombre que había visto en la biblioteca.

-¿Así que eres la nueva adquisición del rey? -preguntó con una sonrisa que a leguas denotaba malicia.

-Así es -asentí retraída mientras seguía el baile, no me gustaba su mirada.

-Eres muy hermosa - omentó juntándome más, traté de separarme un poco pero no me dejó.

Tengo que decir que el rey Guideon no era horrible, seguro que en sus años mozos había roto unos cuantos corazones, pero me doblaba la edad o incluso más, podría ser mi abuelo, y el hecho de que me mirara con esa lujuria en sus ojos me hacía sentir muy incómoda.

-¿No aceptas pasar una noche con alguien más que no sea el rey? -me susurró al oído y yo le miré indignada.

-«¡Que alguien me salve de este hombre, por favor!» -pensé, pero si paraba de bailar no me iría muy bien (rechazar a un rey no es lo más aconsejable, y menos si eres esclava)

-Señor, yo no...

-Rey Guideon, yo seguiré desde aquí -detuvieron nuestro baile y respiré aliviada al ver al rey ahí.

-Como deseé, majestad -asintió Guideon; aunque no parecía contento con la interrupción.

-¿Te estaba incomodando, verdad? -me preguntó el rey tomándome por la cintura y empezando a bailar conmigo.

-No, él solo...

-No puedes engañarme, estabas pidiendo a gritos que te lo quitara de encima -me interrumpió provocando que me ruborizara.

-Gracias, solo quería bailar, no creí que fuese a pasar eso -miré hacia abajo avergonzada, odiaba ese tipo de situaciones.

-Sí, ya te vi muy sonriente mientras bailabas con Uriel -me dio una vuelta acercándome más a su cuerpo, sacándome un pequeño grito de impresión-. No me gustó que lo hicieras -dijo severo, continuando el baile.

-Solo quería bailar y él fue el único que me invitó ¿Si tanto le molestó por qué no lo hizo usted?

-Porque no quería bailar hasta que te vi en medio del baile con él, Valeria.

-¿Está celoso acaso?

Él me dio otra vuelta y me hizo quedar recostada sobre su brazo. Le miré espantada, sus ojos azules me miraban con picardía y algo más que no descifré- No estoy celoso, solo me gusta que mis cosas sean solo mías, soy muy posesivo.

Me incorporó para seguir con los pasos y sentía mi corazón martillar mi pecho luego de sus palabras, mis manos se sentían entumecidas por los nervios. Él no apartaba su mirada de mí y debía decir que bailaba bien, muy bien.

-Me gusta mucho como te queda ese vestido -me susurró al oído en cierto momento y sentí como mi piel se erizaba.

-Gracias, majestad -fue lo único que logré articular.

¿Qué estaba haciendo conmigo?

¿Acaso estaba jugando?

La música terminó y fue un alivio para mí, necesitaba respirar. Hice una reverencia en despedida y él tomó mi mano para luego dejar un beso en el dorso, uno que se tardó más de lo normal, y fue peor por como me miró con sus ojos azules mientras lo hacía. Mis mejillas ardían y el rey lo debe haber notado, porque su sonrisa ladeada me lo dio a entender. Volvió a su trono y yo junto a Uriel. El resto de la noche fue tranquila, todos los invitados se la pasaron bebiendo y hablando. Yo estaba allí medio escondida tratando de calmar mis nervios y de pensar en otra cosa que no fuera él besando de esa forma mi mano.

Dark AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora