Capítulo 22 -Sanando la aflicción-

575 40 4
                                    

Amine se levantó de la camilla ya no podía soportar el ambiente que rondaba por la enfermería, además si ya se sentía mejor no veía el caso de permanecer allí mas tiempo, por lo que se dirigió a los aposentos de la sultana Hurrem.

Los días en este palacio han sido tan... Difíciles de manejar... Se que debí escapar en cuanto tuve la oportunidad... Pero no puedo hacer nada ahora, solo importa que pueda seguir con vida y proteger a la sultana Hurrem... No tengo tiempo para ver o pensar en otras cosas.

Vuelve a tomar el dije entre sus dedos e inexplicablemente sonríe, no lo entiende del todo, pero pensar en aquel comandante la llenaba de energía, sacude su extensa melena a su derecha y continua su andar.

-Veo que ya te sientes mejor-

Ella voltea y de inmediato hace reverencia.

-Príncipe Mehmet, disculpe-

-No tienes de que preocuparte, me alegra ver que puedes moverte ahora- Sonríe.

-Le agradezco nuevamente, que me haya llevado con la doctora-

-No podía permitir que tardaras en recibir atención, como vez no soy tan cruel como pensabas- Se acomoda en una posición erguida con ambas manos en la espalda.

-Me he sobrepasado un poco con lo que dije antes... Pero siendo Príncipe aun mantiene un poco su comportamiento altanero- Ríe un poco.

-Gracias... Por hablarme como de costumbre... Es aburrido cuando solo te alaban-

Ella iba a responder, pero se queda mirándolo y por primera vez aprecia su bondad, él se aproximaba, pero antes de hacer algo nota el collar que lleva, le causa curiosidad y lo toma.

-Es algo fino... Te queda bien... ¿Quién te lo obsequio?-

Ella baja la cabeza y luego de pensarlo un poco sabe que decir.

-Disculpe su alteza... Debo volver a mis deberes- Hace reverencia y continua su andar.

Al verla retirarse confirma que hay alguien interesado en ella y ahora que es sirvienta de su madre no es imposible que pueda casarse, esto le deja pensando, pero decide dejarlo de lado y sigue su camino.



Hurrem recorre el harén, luego de un rato la encuentra, esa mujer petulante que ahora es rodeada por todas las criadas, preguntándole sobre su hazaña de anoche y ella sonriendo ampliamente mientras las palabras salían de sus labios, no podía soportarla y se fue acercando a ella hasta que se percato de su presencia.

-Sultana- Sonríe y hace reverencia.

-¿Así que visitaste a nuestro señor?-

-¿Qué puedo decir sultana?... Después de todo vivimos en el Harén de su majestad... Es natural que podamos convivir con él... ¿No lo cree así?- Pasa la mano por su cabellera dorada mientras seguía sonriendo.

-¿Cómo te atreves a dirigirte a mí de esa manera?-

-Discúlpeme sultana, soy una criada de nuestro señor, igual que usted... Solo he venido para complacerlo-

Ante tanta arrogancia Hurrem se posiciona frente a ella.

-Se ve que te gusta jugar con fuego... ¿Pero que tal cuando te quemes?-

-Tengo la fortuna de sobrevivir a lo que sea-

-Ya lo veremos- Dice Hurrem para luego retirarse.

-Por cierto sultana, Pargalli tiene un mensaje- Exclama y extiende su mano para alcanzarle una carta.

Ella lo duda, pero la toma despectivamente y se dirige a sus aposentos donde la abre y comienza a leerla.

Tormentosa obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora