Suleiman observa a su hijo, puede sentir una enorme angustia en el pecho y pronto recuerda aquello que lo hizo desmayar, su respiración se agita.
-Su majestad... El día del funeral de mi madre, me dirigí a sus aposentos para tomar aquellas cosas que pudiesen recordármela con alegría... En su cama encontré una carta dirigida a mi...- Se sacude el rostro, todo aquello era muy difícil de enfrentar por lo que saca de sus ropas la carta que el mismo había escrito y se la extiende. –Espero que al leer esto... Pueda comprender lo que trato de decir...-
El sultán se acerca, toma la carta, la rompe y arroja por el balcón, se voltea y lo mira a los ojos.
-Dímelo, es mejor hablarlo-
Mustafá respira profundo y mantiene su porte sereno.
-Mi señor... En aquella carta, mi madre me informo que... Usted no es mi padre...-
Una brisa sopla en ese momento, remueve las ropas de ambos, pero a la vez actúa como una caricia que trata de brindarles consuelo. Suleiman siente como si algún enemigo le hubiese clavado su espada en el pecho, Mustafá su hijo mayor, no era más que un ser concebido en este mundo por medio del pecado. Miro hacia el cielo, tratando de pedir ayuda a Alá mientras lágrimas resbalaban por sus mejillas.
Mustafá, al ver aquello libero aquel llanto que apretaba su garganta, el dolor entre ambos estaba cargado de agonía.
-Se bien, cuál es la pena por esto... Solo quiero que sepa...- Solloza. –Que no lo sabía hasta ese día... Y en cuanto me entere vine a decírselo, pero usted se desmayó y me sentí terrible por ello...- Toma aire para acallar los sollozos que salían de sus labios impidiendo su habla. – Yo nunca... Podría guardar un secreto así... A pesar de todo... Yo siempre lo veré como mi padre-
El sultán se queda en silencio un momento, aquello había sido demasiado para su alma, cerró los ojos y la respuesta llego a él. Se acerca a Mustafá y le toca el hombro con fraternidad.
-Siempre me he considerado alguien... Justo... Sé que esto te atormenta como a mí, es por eso que... No voy a hacerte daño, seguirás siendo mi hijo ante las personas, pero no podrás llegar al trono... -
-No me importa, la corona ya no me importa... El hecho de que me perdone la vida y siga llamándome... Hijo... Es suficiente para mí- Baja su cabeza.
-Mustafá- Lo abraza con fuerza. –Tu siempre serás mi hijo, no importa que pecados cometió tu madre, ya no está más en este mundo y rendirá sus cuentas a Alá... Pero tú, siempre serás mi hijo- Gimotea y se estremece.
Cuando somos concebidos nuestra existencia comienza, no poseemos conciencia ni tenemos idea que clase de cosas haremos en este mundo... Nos movemos en el vientre materno sin tener idea de lo que ocurre, recibimos calor y afecto sin saber de donde proviene, lo tomamos y nos aferramos a ello... Cuando te tome entre mis brazos, querido Mustafá... Fui el hombre más feliz y poderoso... No importa que no seas mi sangre... Mi esencia te reconoce como hijo... Y nadie... Te arrebatara de mi lado...
Hurrem despierta, trata de incorporarse pero tambalea, se frota los ojos y puede visualizar las paredes viejas de lo que parece ser un calabozo, comienza a caminar por el lugar, es muy pequeño y no logra encontrar a Gulag.
-¿Qué es esto?... ¿Por qué estoy aquí?-
-Bienvenida sultana...- Susurra Olena al otro lado de la habitación.
Hurrem voltea y trata de alejarse lo más que puede.
-Tranquila... Por ahora no le haré daño, si busca a su sirviente... Lo envié de vuelta al palacio con una carta especial- Sonríe con sorna.
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Tormentosa obsesión
Historical FictionEste fanfic esta basado en la novela turca.- El gran sultan Suleiman" o en su idioma original.- Muhtesem Yuzyil. Comienza desde el capitulo 161 de la tercera temporada por lo que hay alerta de spoiler. Estamos en la epoca del imperio otomano donde t...