Capítulo 26 -No recíproco-

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Oh Alá... ¿Cuál es el destino que tienes para mi?... ¿Por qué me atormentas cada día con el mismo pensamiento? Como sultán tengo un sinfín de deberes que cumplir... No he dudado al respecto de hacer lo necesario por el bien del imperio, he cortado la cabeza de aquellos que han osado desafiar mi voluntad, protejo a mi familia por encima de todas las cosas, mis seres queridos están resguardados bajo la protección que brinda mi trono... Entonces... ¿Cómo alejar esta sensación?... ¿Podre volver a confiar?... ¿Podre seguir protegiéndote de mi?...

Suleiman termina el collar en que trabajaba pese a todos sus pensamientos y ocupaciones, aquella noche lluviosa había encontrado la tranquilidad que tanto anhelaba, al mirar a su cama y contemplar a Hurrem recuperada sentía que todo en su vida se había acomodado; sus miradas se cruzan y se sonríen.

-Suleiman... Tengo que hablarle de algo muy importante-

-Te escucho- 

-Mientras estaba en recuperación... Mehmet venía a visitarme constantemente... No se veía bien... Entonces...-

-Madre... Por favor... Vuelve a hablarme... No importa si es para darme un sermón... Pero por favor te necesito- Dijo Mehmet mientras la tomaba de la mano.

Hurrem miraba a su hijo, quería reunir todas sus fuerzas para brindarle el consuelo que necesitaba, pero aquel vació en su pecho era mucho mas grande y apretaba su garganta insistentemente, por ello se acerco a él y lo abrazo tratando de que entendiese lo que quería transmitirle.

-Discúlpame madre... Debe ser muy difícil para ti... No quiero molestarte con mis problemas-

Se levanta para retirarse, pero Hurrem lo toma del brazo y lo mira de un modo intenso, Mehmet siente su energía y toma asiento de nuevo.

-Madre... Estoy enamorado de una chica... La pienso día y noche, sé que esto debe ser algo molesto de escuchar para ti-

Ella le sonríe y acaricia su mejilla, Mehmet se alegra por la comprensión.

-Quiero casarme... Casarme con ella-

-Mehmet... ¿Esta seguro de lo que dijo?- Pregunta Suleiman asombrado.

-Así es... Sé bien que... Hacer algo como eso esta prohibido... Pero el realmente la ama Suleiman-

-¿Ella corresponde a sus sentimientos?-

-No se negó cuando se lo informe-

-Si eso es lo que quiere y la muchacha consiente la decisión, entonces no puedo negarme-

Hurrem sonríe, al menos podría ayudar a uno de sus hijos a conseguir su felicidad y aquello sería el inicio de su venganza.



Después de la lluvia llega un nuevo día, el sol no brilla por completo ya que aun hay algunas nubes que se mantienen cerca; El día se ve algo gris y Hurrem puede sentirlo, se levanta con cuidado de la cama y se asoma por el balcón. Su cuerpo tiembla y la vista se torna borrosa, trata de sostenerse firme de la moldura y cierra los ojos para intentar relajarse, pero al abrirlos no puede distinguir nada, escucha a lo lejos una voz que la llama insistente, siente humedad en todo su cuerpo y frió.

-¡Hurrem!- Grita Suleiman mientras la levanta del suelo y la acomoda en la cama. -¡Guardias!-

Entran tres hombres a los aposentos.

-Traigan a la doctora ¡De inmediato!-

Hacen reverencia y se retiran.


Tormentosa obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora