Capítulo 44 -Epifanía de la magia negra-

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En el palacio Topkapi un ambiente triste reinaba, el sultán permaneció en sus aposentos durante dos días, Hatice no lo soporto más y mando traer a Ebusuud.

-No quiere hablar con nadie, no come, temo mucho que pueda enfermar...-

-Sultana, mantenga la calma, haré lo que este a mi alcance- Sonríe con sus manos entrelazadas en la espalda.

Llegan a las puertas de los aposentos del Suleiman y los guardias sin preguntar les permiten la entrada.

-¿Su majestad?- Pregunta, Hatice mientras observa por la habitación.

-Dije, que no quiero ver a nadie- Responde, Suleiman desde la entrada a su terraza.

-Mi señor, discúlpeme necesitaba ver como se encuentra- Afirma, Ebusuud.

-Quería estar solo un tiempo... Meditar como usted me recomendó-

-¿Cómo se siente ahora, su majestad?-

-Me preparaba para salir, ya no puedo esperar más por respuestas así que las buscare yo mismo- Manifiesta, el sultán mientras abre por completo las ventanas y se acomoda las cuerdas de su traje de caza frente al espejo.

-Mi señor... Es muy arriesgado lo que planea... Además, Baly bey estuvo aquí ayer, vino por unos guardias porque al parecer ya tiene una pista del paradero de la sultana- Proclama, Hatice.

-¿Por qué no me avisaron? Creo que fui muy claro cuando dije que quería que me informasen todo respecto a la investigación-

-Baly bey, quiere confirmar por sí mismo antes de anunciárselo- Defiende, Hatice.

-Su majestad, lo más prudente es que espere aquí- Sostiene, Ebusuud.

-Lo lamento mucho, maestro... Tengo que ir- Se coloca un modesto turbante negro, adornado con una enorme joya de plata redonda al frente que llevaba al centro un ópalo negro.

-Por favor... Su majestad, no arriesgue su vida así... Es solo una mujer, usted dispone de un harén de cientos...- Solloza, Hatice.

-Hatice...- Acaricia su mejilla. –No solo es una mujer... Es la madre de mis cuatro príncipes y mi esposa legal... Haré lo que sea por ella- Sonríe y se retira.

-Por favor... Su excelencia, debe detenerlo...- Suplica, Hatice.

-Hija...- Se acerca a ella y toma su palma con ambas manos. –No podemos detener lo inevitable... Solo podemos rezar a Alá y esperar que nuestro señor regrese con bien- Sonríe.

Esto no puede ser... No está bien... Ibrahim, peligra y no pude detenerlo... Te lo ruego, Alá protege al padre de mis hijos y que esto no termine en tragedia... Piensa ella para sus adentros.

Ebusuud al sentir como se estremece la mano que sostiene, percibe su aura y entiende que algo en ella no se encuentra bien, por lo que cierra sus ojos y trata de llenarla con bendiciones, pero al sentir que no brindan efecto alguno ahora está seguro de que la han dañado espiritualmente. Hatice derrama una lágrima y su mirada pierde brillo, por más que el juez intenta entablar comunicación con ella no obtiene respuesta, manda llamar a los guardias y pide su ayuda para que sea atendida.



En Belgrado, Rustem comienza a preparar todo para partir mientras observa a Nazu atado a un árbol.

-No era necesario tomar este tipo de medidas ¡Maldito demonio!- Exclama, Nazu.

-Escúchame- Se gira y coloca frente a él. –No confió en ti, eres demasiado cercano a Ibrahim y estoy seguro que indirectamente estas tratando de ayudarlo- Saca su daga y la pone en la frente de este. –No continúes con esto, viejo- Sonríe con sorna. –En un momento más llegara Baly bey con guardias, si fuese tu comenzaría a cooperar y nos llevaría por el camino más rápido-

Tormentosa obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora