Capítulo 48 -Lamento y Determinación-

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El invierno había llegado a Estambul, copos de nieve caían de forma lenta anunciando la dura temporada que se venía y allí en su balcón, Suleiman observaba hacia el firmamento, Ibrahim tras él, temiendo por lo que había sucedido hace unos momentos, sus manos temblaban tan solo recordarlo.

Suleiman aparece en la enfermería, observa la escena y posiciona sus manos hacia atrás enmascarando su ira bajo su porte sereno y de pronto empieza a cuestionar.

-¿Qué es lo que está ocurriendo aquí?-

Todos guardaban silencio, Hurrem desde la camilla no sabía cómo reaccionar, Tulay abrazando desde el suelo un cuerpo sin vida, Amine desde la puerta con la mirada baja esperando lo peor, Sumbul tapando su boca con la mano derecha expectante, Gulag con la cabeza baja y sus manos al frente, Mustafá frente a su padre con los ojos llorosos y finalmente Ibrahim erguido frente a él pensando en cómo solucionar todo aquello.

-¡Exijo una respuesta!- Exclama, Suleiman comenzando a impacientarse.

-Su majestad... Le explicare lo ocurrido, pero necesita ser a puerta cerrada...- Expone, Mustafá.

El sultán asiente con la cabeza y le abre paso a Mustafá para salir de la enfermería y dirigirse hacia la sala del consejo. Al salir, Hurrem se levanta y huye hacia sus aposentos seguida por Amine, Sumbul y Gulag, algunos guardias levantan el cuerpo de Ari y seguidos de Tulay lo dirigen a la habitación donde será preparado para su entierro, Ibrahim se queda solo en la enfermería, por lo que se sienta al filo de la camilla y se cubre el rostro con ambas manos.

En estos momentos... Mi vida está en manos del príncipe... Mi hijo... ¿Quién pensaría que todo terminaría así?... No hay esperanza, ahora mismo él me odia por lo que hice a su madre... Aunque no sabe toda la verdad... Lo sospecha... Necesito hacer algo, esto no puede acabar ahora... ¡No puede! Piensa, Ibrahim.

Ahora estaba allí detrás del sultán, solo podía oírlo suspirar hasta que finalmente se voltea y lo mira de frente.

-Ibrahim... Durante años has estado a mi lado, me has apoyado y compartido mis planes, salvaste mi vida en innumerables ocasiones sin importar arriesgar la tuya, de diversas maneras me has probado tu lealtad... Pero también...- Hace una pausa y da un par de pasos hasta posicionarse frente a él. –Hubo tres ocasiones en que mire tu rostro... Y no te reconocí... La primera, fue el día que encontré la poesía que escribías a mi hermana y en lugar de enfrentarme para decirme tus sentimientos... Huiste... Como si nuestra amistad no significase nada...- Suspira. –La segunda... Mandaste hacer una estatua a tu imagen y semejanza... No me lo consultaste, a pesar de que para ese entonces ya te había probado que confiaba en ti... Ver tu ambición, me provoco miedo... Aun así decidí perdonarte ya que... Lo que hay entre nosotros, es un tesoro que he protegido con mi vida... Finalmente, la tercera vez me entero que el amor entre tú y mi hermana fue fácilmente ultrajado... Por ti... Ibrahim, te metiste con una criada de mi palacio, deshonraste el matrimonio que les concedí- Su mirada se torna sombría.

Ambos se quedan mirando, el pasha nuevamente contempla la imagen de su trágica muerte en manos de aquel que solía ser su amigo.

-Su majestad...-

Suleiman alza la mano para que cese su habla, por lo que Ibrahim se queda en silencio.

-Ahora... Hay cosas terribles que apuntan en tu contra como planes secretos con el enemigo para ayudarlos a obtener beneficios, tu participación en el secuestro de la sultana... Mi esposa legal y madre de cuatro príncipes... La construcción de una mezquita para fines propios, sospechas que te apuntan en el asesinato de la sultana, Mahidevran... Por más que lo he pensado me intimida creer... Que me hayas traicionado de esa manera- Lo observa con atención para tratar de encontrar algo que lo ayude en su juicio. –Entonces... ¿Qué puedes decirme, Ibrahim?-

Tormentosa obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora