Tormentosa obsesión

Capítulo 50 -Perfidia-

El palacio de mármol resplandecía bajo la luz de luna llena, esa noche las estrellas brillaban de un modo resplandeciente, una leve brisa soplaba lo suficiente como para mover el césped y allí dando unos pasos firmes, la sultana Hurrem llega a la grada, sube uno a uno los escalones y respira profundo. Ya no había temor que la invadiese o escalofríos recorriendo su cuerpo, solo quedaba ímpetu y si él llegase a intentar algo no se dejaría intimidar, ya había tenido suficiente de darle el gusto de saberla sometida. Esta vez le mostraría un rostro impasible, aquel que se regocijaría con su decadencia y ahí estaba, frente a la puerta que la llevaría a su última hazaña.

Ibrahim Pargalli... Mi más grande enemigo... Esta noche no importa tu apellido real, dominio de la magia negra, intentos por someterme, estratagemas ni todo tu poder... Yo soy, la sultana Hurrem y tu sangre será esparcida por el mármol de este palacio...

Eleva su rostro y abre la puerta con decisión, camina por los corredores hasta llegar a la enorme estancia iluminada por algunos candelabros y entonces, allí de espaldas con las manos entrelazadas, se encontraba el dueño de sus más oscuros momentos que al escuchar el sonido de sus pasos se voltea.

-Haz llegado, finalmente- Espeta, Ibrahim acercándose a la luz.

-Fui yo quien te cito aquí, no podía faltar- Sonríe con vehemencia mientras entrelaza sus manos al frente.

-Debo admitir que me sorprendió mucho su llamado, estaba convencido de que me odiaba-

-¿Odio?- Desvía su mirada y ríe un poco. –Por favor, Ibrahim eso es tan poco... Lo que siento por usted no puede definirse con palabras-

-¿A qué se refiere?-

-Realmente... Es tan cínico... Piensa que realmente ¿voy a decirle que lo amo?-

-En la mezquita, pude sentirlo... Sultana usted, me lo demostró en ese momento, durante nuestro beso ¿Ya lo ha olvidado?-

-Usted, me tiene bajo su control... Es por eso que sentirá lo que busca-

-¿Me está diciendo?... ¿Qué estoy mintiendo?-

-Estoy diciendo, que el dueño de mi corazón, es nuestro sultán- Se posiciona firme ante él a una distancia considerable.

Ibrahim sonríe y acaricia su barba mientras se acerca poco a poco.

-Sultana, es verdad que tengo poder sobre usted, pero estos días han sido suficientes para demostrarle que mis sentimientos son auténticos-

-¿De qué manera pretende comprobarlo?-

-Esto...- Saca de sus vestiduras el anillo de esmeralda. -No lo he utilizado desde aquel día en la enfermería del palacio... Pero al ver que su negativa es persistente, no tengo más remedio que hacerla venir hasta acá y enfrentarla a sus emociones sobre mí-

-Eso no será necesario... La aversión después de escucharlo es clara, pero ahora me temo que... Su tiempo se acaba ya que pronto rendirá cuentas a Alá- Arquea la ceja.

-¿Está segura de lo que dice?-

-¡Ha llegado su momento, Ibrahim!- Exclama, Hurrem.

En ese instante una silueta aparece tras él, al sentir su presencia se gira y sonríe con determinación.

-¿Este será un intento más de acabar conmigo, sultana?-

-Es mucho más que eso, este es su final- Espeta, Hurrem mientras da unos pasos hacia atrás.

Ibrahim desenfunda su espada y retira su pesado caftán oscuro, observa a su oponente mientras espera que se devele cuando al acercase, la luz de las velas ilumina la silueta y Rustem aparece con una expresión hambrienta de venganza.