Capítulo 46 -Entre brasas, parte 2-

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El humo comenzaba a ponerse más denso y se extendía por la mezquita, Neryssa al salir de los aposentos pudo observar como el incendio se propagaba, por lo que corrió hacia la salida y pidió ayuda a los guardias para poner a salvo a la sultana.

-¡No hay tiempo que perder, recuerden que nos encomendaron protegerla por sobre todo!- Exclamo Neryssa y de pronto recuerda a la pequeña que sigue en sus aposentos. – No puede ser... ¡Salven a la hija del pasha!-

Dos guardias escucharon la orden y se adentraron para buscarla, pero debido a su vestimenta pesada apenas entraron el humo penetro hasta sus pulmones y cayeron al suelo inconscientes. Neryssa trato de entrar, pero se derribó la puerta frente a ella y le impidió el paso, el fuego avanzaba rápido y temía que fuese muy tarde para la pequeña.

-¡Auxilio, necesitamos ayuda, por favor!- Grita con todas sus fuerzas.



Mustafá derribo a un gran oponente y al momento que cae observa la nube espesa de humo que asciende al cielo, cuando esta por avisarles a los demás escuchan gritos.

-¡La mezquita se incendia! ¡Hay personas dentro! ¡Traigan toda el agua que puedan del manantial!- Grita uno de los centinelas.

Todos reaccionan al llamado y se dividen un grupo se dirige al manantial mientras que los demás acuden a juntar algo de tierra para tratar de apagar el incendio.

-La sultana Hurrem... ¡Tengo que ir!- Exclama, Amine luego de empujar a uno de los guardias y adentrarse al lugar.

-¡Espera, Amine!- Grita, Mehmet mientras la ve alejarse.



Hurrem logra salir con mucho esfuerzo por la ventana de sus aposentos ya que el fuego apenas llegaba a su puerta, se alejó un poco hasta que vio solo parte de la mezquita entre llamas que la consumían de a poco, volteo hacía donde estaban los centinelas cargando tierra y agua como podían para intentar dominar el siniestro, pero el fuego aumentaba, aquellas flores habían provocado que saltasen las chispas de un modo arrasador.

No debo preocuparme... De esta manera todos se ocuparan y no me buscaran por lo pronto... Dejare aquí todas mis preocupaciones, no permitiré que me afectes más de lo que has hecho... Piensa, Hurrem mientras se gira en dirección del bosque.



Amine llega al lugar del siniestro y observa a Neryssa gritando sin control, por lo que se retira la capucha y se adentra a la mezquita moviendo como puede los restos de la puerta que no les permitían entrar.

-¡Una mujer acaba de entrar! ¡Tenemos que apagar esto rápido!- Espeto uno de los centinelas que iba dirigiendo a todos para que arrojasen agua en las llamas pequeñas y tierra donde se salían de control.

Amine se cubre la nariz y la boca para que el humo no penetre en sus pulmones, se mueve con cuidado entre las llamas dando pasos largos sin detenerse un momento, observa una puerta abierta y corre hacia allá, las llamas apenas comienzan a consumir las telas, observa en la cama a una pequeña inconsciente, no lo piensa y la carga. Al momento de salir se derrumba la puerta y el fuego empieza a consumirla, por lo que salir en esa dirección dejo de ser opción, se voltea y sus ojos comienzan a ponerse lacrimosos, como se encuentra cargando a la pequeña el humo penetra en sus fosas nasales y llega de a poco a sus pulmones lo que provoca que empiece a toser, observa a su alrededor y encuentra una ventana. Abrirla es difícil ya que la cerradura esta oxidada, el fuego comienza a invadir la mitad de la habitación y se dirige a ellas, entonces con todas sus fuerzas golpea la ventana hasta que se abre y arroja fuera a la niña para después salir ella y aterrizar en el césped.

Tormentosa obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora