Más Cerca. (+21)

Capítulo 12

Al entrar al restaurante mis fosas nasales se deleitaron por el exquisito olor de la comida, este definitivamente era un lugar que nunca había visitado y al parecer no mucha gente venia porque pude darme cuenta que solo había gente con trajes y vestidos carísimos, como si estuvieran aquí por los negocios.

–Buenas noches –saludó Owen. –Tengo una reservación para dos personas.

– ¿Cuál es su nombre? –preguntó ella mientras tecleaba algo en su computadora.

–Owen Jones.

Aproveché que la chica estaba en sus asuntos y miré disimuladamente a Owen que se encontraba a mi lado, lucia muy bien en traje y su colonia totalmente embriagante ¡Huy! podía jurar que desde la camioneta se me venía haciendo agua la boca.

–Si, Owen Jones. Bienvenido, sígame por favor.

Owen colocó una mano en mi cintura mientras seguíamos a la chica a una de las mesas alejadas de las ventanas, agradecí eso porque no quería arriesgarme a que alguien nos viera.

–Permíteme –dijo él ayudándome a sentarme, ahogue una risita.

–Que caballeroso.

Él me guiñó el ojo y luego tomó asiento frente a mí.

–Ordenen cuando estén listos. –dijo la amable chica dándonos los menús.

–Gracias –le sonreí y ella asintió para retirarse.

Coloqué un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y no pude evitar darme cuenta que Owen no apartaba su vista de mí.

– ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? –pregunte entrando un poco en pánico.

–No, no. Todo está bien.

–Entonces ¿Por qué me miras así?

–Porque te ves preciosa.

El calor subió a mis mejillas.

–Owen...

–De acuerdo, me detendré. –levantó las manos y me reí.

–Gracias –murmure mientras abrí el menú.

–He venido un par de veces y si me permites recomendarte algo sería el pollo a la plancha, es realmente bueno, te gustará.

Mis ojos pasan por todo el menú, pero me detengo al ver los precios. ¡Por el amor de dios!

–De ninguna manera –dije al bajar el menú.

– ¿Qué sucede? –sus cejas se elevaron. – ¿No te gusta?

–No es eso, es demasiado caro, de ninguna manera.

–Tamara.

–No, es muy costoso Owen, ni siquiera tengo idea de por qué me trajiste a un lugar como este.

Owen cierra el menú y con una sonrisa me toma de la mano, pues se encontraba sobre la mesa.

–Quise que viniéramos aquí porque el lugar no es muy concurrido, además, sé que en Nueva York solías a ir a lugares como estos.

Fruncí el ceño de inmediato.

– ¿Cómo es que...?

Él ladeó un poco su cabeza todavía divertido.

–Porque cuando te conocí vestías como una de esas chicas de ciudad. –entrecerré mis ojos y su sonrisa se extendió. –Con ropas caras y zapatos de diseñador.

Alejé mi mano de la suya y crucé los brazos sobre mi pecho. ¿De verdad era tan obvia? Como es que por mi estilo de ropa se haya dado cuenta el tipo de vida que llevaba antes.