Capítulo 3

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Lo primero que observo al darme cuenta de que Owen se ha ido al baño son las cortinas azules que cubren sus ventanas, la inmensa cama en la que estoy recostada y no puedo pasar por alto el poco desorden que está en su habitación aunque sino me equivocaba podía notar un toque femenino en el lugar, por ejemplo los dos almohadones que están en mi espalda tienen corazones, cuando escucho la llave de la regadera ha sido cerrada me apresuro en levantarme de la cama y dejar de curiosear para vestirme, tengo que salir de aquí antes de que él salga del baño, tomo mi chaqueta y abro silenciosamente la puerta de su habitación, con los zapatos en mis manos consigo ir a pisadas lentas hacia la puerta principal y dejo salir el aire una vez que estoy a fuera.

No tengo ni idea de donde estoy o de donde está el bar pero tengo que averiguar cómo llegar ahí antes de que Hannah note mi ausencia.

¿Cómo iba a explicarle que me había acostado con su amigo que tan solo me había presentado unas horas antes?

Desde luego se que ella entendería, soy una mujer responsable, tengo veintitrés años y soy consciente de lo que hice hace una hora, me siento algo decepcionada ¿Cómo había dejado que ocurriera lo mismo que en Nueva York? Como pude acostarme con un hombre que acabo de conocer, desde luego que lo disfrute, vaya que sí. Dios lo sabe, lo estuve llamando un millón de veces mientras Owen estaba encima de mí y me mostraba su hombría a toda potencia. Bueno, era algo que definitivamente no iba a volver a ocurrir, no podía cometer el mismo error tres veces ¿Verdad?

Después de unos veinte minutos casi lloro de alegría al ver el nombre del bar a unos cuantos metros, aun estoy descalza y con mi chaqueta en la mano y sé que debería arreglarme antes de entrar pero Hannah aparece en mi campo de visión al salir del bar antes de que siquiera lo intente.

– ¡Tamara!

Su ceño fruncido me confirmo que si había notado mi ausencia.

– ¿Dónde has estado? –pregunta preocupada. – ¿Estás bien? –me pone ambas manos en mis hombros observándome de arriba abajo.

¿Cómo podía decirle la verdad delicadamente?

–Me acosté con Owen.

Vaya. No me lo pensé mucho.

Sus cejas se levantan casi hasta el nacimiento de su cabello.

– ¿Qué?

–Lo siento, solo ocurrió.

Ella parpadea.

–No volverá a pasar –dije al recargarme en su camioneta y ponerme los tacones.

–Eso no es lo que me preocupa- dice ella ayudándome a sostenerme. –Owen tiene novia.

Ahora soy yo la que levanta las cejas, me incorporo de inmediato.

– ¿Qué?

Ella asiente.

–Bueno no es su novia exactamente... es su prometida ¿no te lo dijo?

Meneo la cabeza.

Desde luego que no iba a decírmelo, no iba a confesar que estaba engañando a su prometida conmigo, oh dios me siento tan sucia, tan mal.

–Ese bastardo –sisea ella. –No te preocupes, lo matare por la mañana.

Hannah me toma de la mano pero yo no me muevo.

–Quiero irme a casa.

– ¿Dónde estuviste todo este tiempo? –Christian sale del bar también pero acompañado de una chica rubia que posiblemente va a vomitar en cualquier momento, apenas y puede mantenerse en pie.

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