Capítulo 34

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No sabia si la temperatura había aumentado por tanto movimiento que estaba haciendo al bailar o si era por lo que Owen acababa de decir, por supuesto que yo también quería mostrarles mis mejores movimientos en privado y moría de ganas por estar entre las sabanas con él, pero no podía irme, era la boda de mi mejor amiga.

—Tal vez en otra ocasión.

La música sumado con los cuerpos que no dejaban de moverse a nuestro alrededor hicieron que la fiesta llegara a su punto más alto de diversión, Ana no hacia mas que sonreír y bailar junto a su esposo, lo tomó de la corbata e imitó uno esos bailes que veía en el programa de reallity show, las personas alrededor se asombraron cuando Joel la cargó y le dio una vuelta perfectamente bien maniobrada para después depositarla cuidadosamente en el suelo. Todos estaban distraídos, incluso yo que no me di cuenta cuando Owen me estaba sacando de la pista.

—Oye. —me quejé. — ¿Qué haces? Estaba viendo...

—Ven conmigo —me tomó de la cintura, me llevó a un lugar apartado de los invitados, pasamos incluso por la cocina principal, los meseros y chefs nos veían con curiosidad, pero no dijeron nada.

— ¿Estas tratando de secuestrarme?

Owen se detuvo frente a una puerta que daba directamente al sótano del lugar, tomó el pomo y giró este con un movimiento de muñeca, la verdad se veía tan sorprendido como yo de que estuviera abierto.

—Me encanta la importancia que le dan la seguridad aquí. —se burló y yo bufé.

— ¿Se puede saber porque me traes a un lugar lleno de cajas y polvo? —interrogué siguiéndolo escaleras abajo. —La fiesta sigue allá arriba.

Encendió el interruptor, pero el bombillo parpadeo un par de veces luchando por iluminar, aunque fuera un poco hasta que se apagó por completo.

—Genial. —murmuré.

El lugar era débilmente iluminado por los rayos de luna que entraban por una pequeña ventana que estaba al fondo de la bodega. Caminé hacia una mesa de madera con montones de cajas encima y leí la etiqueta, no era más que utensilios de cocinas, vinos, cosas que pudieran utilizar en la recepción de la boda, estaba tan concentrada que no sentí cuando Owen se acercó por detrás y me rodeó la cintura con sus brazos.

— ¿Ves algo interesante? —susurró en mi oreja y la piel se me erizó.

—Aún no.

—Si te das la vuelta puedo mostrarte algo que realmente llamará tu atención.

Pegó su pecho contra mi espalda y sonreí cuando sentí su erección taladrándome la espalda baja.

— ¿A eso me has traído? —aventuré, aunque ya sabía la respuesta.

—Necesito estar dentro de ti. —admitió. —tengo la polla dura desde que estabas bailando.

Elevé una de mis cejas aun mirando una de las etiquetas.

— ¿Y crees que yo puedo ayudarte con eso?

—No creo, sé que puedes. —su mano comenzó a subir por mi escote hasta colocarse sobre mi pecho derecho. —Te deseo como loco.

Apartó el cabello de mi hombro y comenzó a dejar besos húmedos en mi cuello, cerré los ojos disfrutando de la suavidad de sus labios, no se como diablos se las ingenio, pero logró meter las manos dentro de mi vestido para tocarme los pechos con facilidad, los masajeo mientras su lengua acariciaba el lóbulo de mi oreja y solté un suspiró que lo hizo endurecerse mas si es que era posible.

—Extrañaba tu cuerpo. —susurró tocando mis pezones con sus pulgares. —Masturbarme pensando en ti no era suficiente.

Mi entrepierna comenzó a palpitar desesperada por un poco de atención, Owen era el único que podía ponerme así en cuestión de segundos, sabia exactamente donde tocar y que decir para llevarme a lo más alto.

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