Capítulo 21

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Maratón 4/4

Cuando Owen estuvo seguro de que estaba más que lista comenzó a bajar su pantalón y su ropa interior solo lo suficiente para que su miembro totalmente erecto y dispuesto estuviera a la vista, me relamí los labios al verlo, él sacó un condón del bolsillo trasero luego desenrollo rápidamente el fino látex a lo largo de su miembro y subió mi vestido lo suficiente para que pudiera ver como se deslizaba en mi interior, ambos gemimos al contacto.

Cerré los ojos y me dejé llevar por lo increíble que era tenerlo dentro de mí, gemí cuando salió y volvió a entrar con fuerza.

–Mírame.

Abrí los ojos solo para perderme en la intensidad de su mirada, el deseo puro era evidente y las ganas que nos teníamos el uno al otro eran tan difíciles de controlar que ya no me importaba hacerlo en absoluto, él acarició mi labio inferior con su pulgar al mismo tiempo que volvió a embestirme, me agarré fuertemente de la mesa con la mano que tenía libre ya que la otra se encontraba en su espalda, mis uñas se enterraron en ella cuando me embistió con fuerza.

Owen definitivamente estaba haciendo lo que le había pedido hace unos momentos, me estaba follando tan duro que deseaba más y más, cada vez que salía y entraba arrojaba una ola de placer a mi cuerpo, gemí su nombre un par de veces y no pasó mucho tiempo para que nuestros cuerpos fueran cubiertos por el sudor a causa de la fricción, mi pecho subía y bajaba con tanta rapidez que no noté cuando su mano descendió hacia mi cuello y lo sujetó con un poco de fuerza mientras mordía mi labio inferior.

Amaba cuando nos volvíamos salvajes, nos entregábamos por completo y no solo en cuerpo si no también en alma.

–Te quiero.

Tuve que mirarlo a los ojos para darme cuenta que lo decía enserio.

–Te quiero Tamara. –susurró antes de volver a penetrarme.

Mi boca se curvó hacia arriba y uní nuestros labios sin pensarlo, acaricié su lengua con la mía mientras sentía que el corazón golpeaba duro mi caja torácica, estaba completa e irrevocablemente enamorada de él.

Me levantó en brazos, y enganché los tobillos alrededor de su trasero mientras caminaba a su habitación, en ningún momento salió de mi interior, me depositó con cuidado sobre la cama y se inclinó hacia adelante para atrapar mis labios con los suyos mientras yo gemía, incluso así podía sentir que sus labios se arqueaban en una sonrisa. Owen comenzó a bajar el ritmo con el que me embestía y comenzó a hacer movimientos lentos que, aunque no eran mis preferidos me llevaron nuevamente a la locura, sus labios se movían lentos y suaves contra los míos y me hizo darme cuenta que a pesar de que habíamos tenido sexo muchas veces esta era la primera vez que hacíamos el amor.

–No pares. –supliqué perdida en el momento.

Owen hacia movimientos lentos para que disfrutara de cada exquisito segundo hasta que dejó de controlarse, sus músculos se tensaron al arremeter con fuerza dentro de mí, los dedos de mis pies se contrajeron al mismo tiempo que arquee la espalda, estaba cada vez más cerca de llegar al orgasmo, arañé sus bíceps cuando sentí el cielo cada vez más cerca hasta que me grité su nombre y me desplomé sobre la cama, así que cuando se dio cuenta que había logrado llegar al punto más alto de placer él se concentró en el suyo y arremetió contra mi sin piedad. Sus gemidos se ahogaron en mi boca y después pegó su mejilla a la mía mientras cabalgaba la ola de su propio orgasmo.

Se tomó unos segundos para recuperarse y luego salió de mi interior, se deshizo del condón y aproveché el momento para recostarme sobre su pecho que se movía lentamente, me rodeó con su brazo y comenzó a trazar dibujos sin sentido sobre mi piel.

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