Capítulo 7

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No tuve tiempo de sentarme ni una sola vez, el lugar estaba que reventaba de gente, por alguna razón (que desconocía) todos había decidido que hoy era un buen día para comprar alimentos para sus animales de campo y mascotas.

Pase la mayoría del día de un lado a otro, atendiendo a cualquier persona que entraba y esperando a que se fueran satisfechos, mis pies rogaban porque me detuviera un solo segundo, cuando pude finalmente tener un momento de tranquilidad me deje caer en la silla sin pensarlo y acaricie mi sienes, la cabeza me dolía de una manera increíble.

–¡Señorita Ray!

Levanté la cabeza y vi a Hannah entrar con dos bolsas de plástico, sonriendo como era habitual en ella, usaba un vestido blanco, corto pero casual junto a un chaleco de mezclilla y botas, se veía increíble.

–Mierda –dice ella al ver mi rostro. –¿Ha sido un día muy duro?

–No tienes ni idea –digo acomodándome en la silla.

Ella niega suavemente con la cabeza y deja las bolsas sobre el mostrador, rodea este mismo y me envuelve en un abrazo por los hombros.

–Pues eso está por cambiar, traje comida así que más te vale que dejes el plato limpio.

Sonrío y tomo una de sus manos para besarle el dorso, Hannah era la chica más dulce y considerada que había conocido, estaba más que agradecida con ella por muchas cosas pero ahora por la que más le agradecía era por traerme algo de alimento.

Comenzamos a sacar la comida y mientras hablábamos un cliente decidió que ése era el mejor momento para interrumpir en la tienda, estaba a punto de levantarme cuando Hannah me hizo una señal para que me quedara, ella se puso de pie y atendió al hombre mientras yo seguía comiendo, le sonreí agradecida.

Una hora más tarde cuando la gente comenzó a disminuir y el sol comenzó a descender decidí limpiar un poco el lugar mientras mi amiga me hablaba de una cita que había tenido con un chico hace unos días, la escuchaba atentamente mientras acomodaba los estantes.

–Fue un idiota. –dijo ella desde la silla.

–¿Segura que no tiene nada que ver con que tus expectativas sean demasiado altas? –pregunto mientras limpio mis manos en mi pantalón.

–Mis gustos no difieren en este momento, Tamara.

–Aja –digo rodando los ojos.

Ella peina su cabello rubio con sus manos y me mira entrecerrando los ojos.

–No hablemos de expectativas porque tú y Owen...

Mis mejillas se encendieron y su cuerpo se sacudió por una carcajada.

–¡Lo ves! –dice señalándome divertida.

–Ese fue un golpe bajo.

Hannah se levanta de mi silla y me concede el lugar, lo acepto mientras ella salta y se coloca sobre el mostrador.

–Hablando de Owen ¿Donde diablos está? Me dijo que necesitaba hablar conmigo.

Me encojo de hombros, como si no me importa aunque la verdad escuchar lo que ella había dicho despertó una chispa de curiosidad en mi interior.

–Como no vas a saber.

–La vida de mi jefe no me incumbe.

–Debería –dice ella con seguridad. –Ya que te lo comiste enterito.

–¡Hannah!

–¿Que? –ríe. –No estoy diciendo algo que no sea verdad... ¿o si?

–Ahora me doy cuenta que fue un error haberlo dicho.

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