1-El peligroso murciélago

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Hiromi:

-¿No me digas que eso es todo lo que tienes?-susurró Ted con fingida voz de pena-¿Ya te estas muriendo?

-No me subestimes-grité intentando ponerme de pie y agarrando con más fuerza mi espada.

Había que admitirlo, en el mundo de la arena ellos eran mil veces más fuertes que en el mundo real, por lo que tenía problemas para seguirle el juego. Ted me miró con indiferencia y jugo con su espada en la mano, seguramente esperando a que me pusiera de pie.

Sin esperar señal alguna, me lancé encima suyo, tomandolo desprevenido y plantandole la espada en el corazón. Este pareció sorprendido durante unos instantes pero de repente explotó en risas y agarró con una mano mi espada.

-¡No me hagas reir, Hiromi!-dijo este con una sonrisa burlona-pensaba que eras mejor que esto.

Sin hacer caso a sus comentarios, saque mi espada de su pecho y lo miré con el ceño fruncido. Este parecía igual que antes, como si la herida en el pecho no le hubiera echo nada. De repente mi mirada bajó a mi espada y me congele en mi lugar.

-Veo que ya te diste cuenta-susurró arreglandose la ropa, donde había un corte en el nivel del pecho-tu espada sigue limpia, no hay ni una gota de sangre en ella.

Frunci el entrecejo y lo miré horrorizado. ¿Que estaba ocurriendo?

-Si sigues intentando hacerme daño, intenta al menos no herirme en el corazón, justamente porque-este se levantó la polera, dejando a la vista su pecho-yo no tengo corazón.

Mis ojos se abrieron de par en par al ver como en el lugar donde debería estar el corazón, se encontraba un enorme y vacío hoyo. Pero aún así, Ted seguía moviéndose normal, como si no necesitara un corazón para vivir.

-Seguramente te preguntas, ¿Donde esta mi corazón? ¿Y como hago para vivir sin él?-este se acercó un pasó hacía mi-la respuesta es obvia y fácil. Mi corazón se transformó en esto-dijo señalando el pedazo de máscara que estaba pegado en la parte derecha de su frente y un poco sobre su pelo.

-¡Es imposible!-susurre-entonces...

-No-contestó a mi pregunta-soy el único que no tiene corazón entre todos los demás-este me miró con la misma indiferencia que siempre-ya es hora de que conozcas a mi amigo-dijo pasándose la mano por la máscara.

De repente, un pequeño murciélago apareció a su lado y empezó a voltear alrededor de su cabeza, hasta al fin posarse en su hombro.

-Estas acabado, Hiromi-susurró Ted-Vas a sentir la desesperación al verme acercarme a ti.

Este tendió su mano y el murciélago se posó en ella.

-¿Que es el corazón?—preguntó—solo un órgano que permite seguir vivo. Un órgano que hace que sientas cosas horribles, como el miedo o desesperación—el murciélago pegó un gritó y lo miré sorprendido—el corazón no es nada bueno, solo una maldición para quien lo tiene, y un alivio para quien no lo tiene.

-El corazón no es sólo eso—susurre agarrando mi brazo ya que este estaba sangrando—el corazón es un lindo órgano que sin él no puedes estar vivo. Es una caja de sorpresas, que te hace sentir cosas lindas como el amor, y cosas feas como el miedo—gemi con dolor pero seguí mirándolo a los ojos.—el corazón es a la vez algo bueno y malo, y es a ti a quien conviene elegir como definirlo.

Ted me miró levantando una ceja pero no dijo nada.

-Si no tuviese corazón no estaría vivo—seguí—si no tuviese corazón no estaría sintiendo miedo y desesperación, pero tampoco sentiría alivio y felicidad por proteger a las personas que amo. Sin corazón no me habría enamorado, ni tampoco habría tenido ganas de salvar a todo el mundo, ni tampoco estaría preocupado por mi vida mientras te estoy hablando—tomé una larga respiración y cerré los ojos—el corazón es algo esencial para mi, pero si a ti no te interesa no andes juzgando a los demás por él.

La Aventura del Zodiaco [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora