La Aventura del Zodiaco [PAUSADA]

47-El fin del comienzo.

Sam:

Ahogué otro sollozo, antes de desviar la mirada para que mis amigos no me vieran llorar. Mi pesadilla estaba empezando a volverse insoportable. Ryan, mi amigo, mejor amigo, y el chico en el que estaba interesada, se había ido para siempre, dejándome con un enorme dolor en el pecho.

Sentí como alguien pasaba un brazo por mi hombro, por lo que me giré, abrazando a Seijun con fuerza. Con los ojos entrecerrados vi como Hiromi miraba respectivamente a nosotras, el suelo y después el cielo, donde Jack seguía congelado. No necesitaba leer mentes para saber que se estaba debatiendo entre guardar su paciencia o lanzarse encima de Jack y matarlo de una vez.

—Necesitamos saber a qué se refería él—susurró Libra, intentando no decir su nombre.

—Me acuerdo de la discusión que tuvimos sobre la profecía, pero no recuerdo que dije exactamente—se lamentó Leo.

—Creo tener la solución—argumentó uno de los hombres de Ken.

—¿Capitán Shinichi? —preguntó Hiromi con sorpresa—No, no le puede hacer eso a Le...

—Es nuestra única solución—contraatacó en tono cortante—Ven aquí—le pidió a Leo.

El capitán Shinichi señaló el suelo, a unos cuantos metros. Aunque lloviera, el sol seguía brillando, pero mucho más en ese exacto lugar.

—¿Qué le va a hacer? —le pregunté a Seijun.

La chica mordió sus labios y se quedó varios segundos callada, viendo como Leo se acercaba a pasos lentos del suelo. Después de eso se giró en mi dirección, con la mirada vacía.

—Shinichi significa "la verdad" —susurró, cerrando los ojos con fuerza—Es capaz de ver todo lo que pasó una persona en su vida con solo tenerla frente a él y en un lugar soleado.

—¿Pero porque parecen nerviosos? —pregunté confusa, señalando a todos los demás capitanes y hombres.

—Mientras Shinichi busca "la verdad", la persona sufre mucho.

Seijun no pudo seguir hablando. Leo soltó un rugido de dolor horrible que un enorme escalofrío pasó por mi espalda. Shinichi estaba frente a él con los ojos rojos, mirándolo con curiosidad, sin moverse, mientras que Leo caía de rodillas y empezaba a respirar con dificultad.

—¡Shinichi, para! —gritó Hiromi corriendo hacia él—¡Podría morir de esto!

A pocos metros de ellos, Ken apareció frente a él, mirándolo con una mirada penetrante. Hiromi se tensó, antes de desviar la mirada, apretando los labios. Ya no se escuchaba ningún ruido, solo la respiración agitada de Leo y sus gemidos de dolor, mientras se agarraba el pecho con dolor y sus ojos se volvían blancos.

A mi lado Seijun apretaba los puños con fuerza, respirando de manera agitada, como si ella estuviese en el lugar de Leo. De repente el chico empezó a flotar en el aire, a pocos metros del suelo. Seguía teniendo los ojos blancos, pero estaba ahora con la boca entreabierta, un hilo de saliva deslizándose por su barbilla.

Al instante Shinichi se movió, por lo que Leo empezó a caer hacia abajo. Hiromi se movió con rapidez, pasando al lado de Ken y agarrando a Leo antes de caer al suelo. Shinichi también perdió el equilibrio y cayó hacia atrás, pero Gin lo agarró antes de tocar el suelo.

—¡Leo! ¡Despierta! —gritó Hiromi—¿¡Leo, estas bien!?

El chico abrió ligeramente los ojos y soltó un gemido de dolor, antes de dirigir la mirada hacia "el capitán verdad". Shinichi se puso de pie con dificultad, antes de pasar una mano por su frente sudorosa.